Madrid, 14 de junio de 2016. MS. – A su llegada a la presidencia del Consejo Regulador Cava hace unos tres años, Pedro Bonet, Consejero Delegado y director de Comunicación del grupo Freixenet, ya incluía entre sus principales propósitos conseguir la distinción de cavas de pago como sucede en Champagne o Burdeos. Ayer, finalmente, pudo anunciar oficialmente el nacimiento de una nueva categoría premium que, en sus propias palabras, “nace para hacer justicia a la calidad del cava”.
En aquellos comienzos de su presidencia ya explicaba a este medio que “desde el Consejo no somos partidarios de zonificar porque el cava es un vino singular, hecho por el ensamblage de distintos vinos de procedencia diferente y no todos de la misma viña, no es la filosofía de un château sino exactamente igual que la del champagne. Sería ir contra la esencia del método, lo que no significa que se puedan distinguir cavas de pago diferenciados por la zona de la que proceden, que cumplen otros requisitos por encima de los de la denominación, pero zonificar geográficamente (por comunidades o por comarcas) es muy complicado porque dentro de una misma comarca, por ejemplo, hay muchas subzonas y acabaríamos zonificando parcelas que es imposible”. El tema estaba sobre la mesa pero ha sido ahora, en mayo de 2016, cuando finalmente el ministerio de Agricultura, desde la Dirección General de la Industria Alimentaria, ha aprobado la modificación del pliego de condiciones de la Denominación Cava que recoge, entre otras novedades, la nueva categoría de “paraje calificado”.
La resolución ministerial resuelve a favor de una modificación que había aprobado el Consejo Regulador hace un año, e indicación con la que buscaba agrupar y diferenciar los cavas producidos en un “área menor homologada especialmente como extraordinaria y singular por sus condiciones edáficas y climatológicas”, explican desde el organismo. A partir de ahora, los cavas producidos con vinos procedentes de un paraje calificado por excepcional, y que cumplan luego los criterios de calidad tanto en la producción como en la elaboración, podrán ostentar esta categoría considerada premium. Una nueva categoría creada también para ayudar a los productores a promover la imagen de calidad del cava en los mercados.
En el reglamento de Cava, los requisitos para poder llevar esta nueva indicación incluyen que las uvas procedan de una finca en concreto y su producción se destinará en exclusiva a la producción de ese “cava de paraje”; la obligación de hacer una vendimia manual además de que la uva llegue entera a la bodega; una producción máxima de 8.000 kilos de uva por hectárea; los viñedos de estas parcelas tendrán una mínimo de diez años y las fincas estarán en el entorno de la bodega o de su centro de prensado. No se puede incrementar de forma artificial el grado alcohólico natural de los mostos y los vinos base, ni tampoco retocar acidez y color; para esos vinos base se exige una acidez total mínima de 5,5 gramos por litro. Respecto a la crianza, pasarán al menos 36 meses entre el tiraje y el degüelle del cava.
Con la aprobación de esta categoría en el seno del Consejo hace más de un año se reivindicaban las largas crianzas y los vinos de alta gama, prestigiando el cava español en un momento que no le estaba siendo muy favorable por motivos varios como la marcha de algunas bodegas y la salida al mercado de los Clàssic de la DO Penedés. Ahora, una vez reconocida y aprobada por el Ministerio esta distinción de “cavas de paraje calificado” los vinos de la Denominación Cava se apuntan al reclamo del lugar de origen como valor añadido, un argumento que motivó en su momento esas marchas tan sonadas que acusaban, entre sus motivos, esa ausencia de reivindicación del terroir.
Durante la presentación de ayer Bonet apuntaba que “el Cava de Paraje Calificado nace para situar el cava en la punta de la pirámide cualitativa del vino” y “para hacer justicia a su calidad”, que se elaborará en los tipos Brut. Además, recordaba que esta nueva categoría “está incluida en la denominación, y son pocas las DO que pueden presumir de tantos logros, a pesar de que aún somos jóvenes”. En todo caso, concluía, “queda mucho camino por recorrer ya que deberíamos mejorar la imagen del cava, el posicionamiento, la distribución tradicional o el marketing”.
[…] […]