Relatores, 20. Madrid

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Cierra domingo noche y lunes

Los generosos se mantienen en la cresta de la ola, al menos en lo que a ruido y tendencia se refiere, por lo que no dejan de surgir direcciones que han hecho de estas etiquetas uno de sus principales reclamos. Lugares donde los tratan bien además de ofrecerlos bien acompañados, esto es, con atractiva oferta culinaria, así se llame tapas, raciones o carta.

En el caso de La Malaje los aires andaluces se respiran desde el nombre elegido, con  reconocibles guiños a aquellas tierras en el decorado, inconfundible la propuesta culinaria de Manuel Urbano (uno de sus dos socios) y muy atrevida su apuesta vinícola que supera las etiquetas jerezanas dando entrada a referencias de todas las provincias de Andalucía en las que se elabora vino, y no sólo tranquilo. En la pizarra de la barra, espacio en el que nos centramos, una buena relación de generosos por copas o botellas (si así se prefiere) a la que acompaña algún vino de Málaga, Montilla-Moriles, y un par de espumosos elaborados en Huelva y Almería…curiosos de probar. Por supuesto servidos como se debe en lo que a temperatura y cristalería respecta. En cualquier caso, son las distintas manzanillas y finos los que atraen la atención en un primer momento, aunque luego sea inevitable probar algún amontillado o palo cortado. Un gustazo para quien guste de estas elaboraciones… Luego en la carta de vinos completan con otras referencias de procedencia diversa pero con el común denominador de huir de clásicos o nombres más conocidos.

En cuanto a la cosa de comer, en la barra disponen de una extensa selección de tapas a partir del producto de temporada e identificadas por la tradición andaluza. Cocina del recuerdo, como dice el propio Manuel, que reinterpreta o actualiza tanto en la barra como en el comedor. Para un picoteo compartido, buenas navajas en escabeche, bienmesabe, el tomate ‘aliñao’, el choco salteado, caballa a la parrilla, o una particular y picadita ensaladilla de mamá.