Toca tintear porque he reunido, en este tiempo, una serie de vinos, entre nuevas añadas y creaciones de reciente aparición, con el común denominador de la materia prima con la que han sido elaborados: garnacha, tempranillo o a partir de la combinación de ambas. Nueve etiquetas, ocho tintas y un rosado aparecido en los últimos meses, que podrían ir acompañadas de otras tantas decenas pero que son las que han ido llegando a mis manos por diferentes vías. Además, ni se puede ni se debe contar todo a la vez… y entregas y meses quedan por venir. De momento, los seleccionados merecen ser conocidos, y demuestran las muy diferentes garnachas y tempranillos que se hacen en el país dependiendo de donde provienen.
El primero es la última creación de Viña Sastre en la Ribera del Duero, Acos 2009 (39,95 €). Exclusivo, pues sólo han hecho 6.000 botellas, y con un perfil más ‘moderno’ del que la familia Sastre nos tiene acostumbrados. Un vino más primario, frutal, donde la barrica americana ha sido cambiada por francesa, y en la que ha realizado una crianza de 14 meses. De nariz expresiva y sugerente, muestra aromas de frutos rojos bien madurados, notas florales, especiadas y con un fondo balsámico y de montebajo; finas maderas. Con gran estructura en boca, amplio, muy bien equilibrado, fresco, con taninos de excelente calidad y un paso goloso y envolvente. Final largo y complejo. En un gran momento.
A continuación, dos estrenos de producción también limitada llegados de Bodegas Morca, la bodega más joven del Grupo Juan Gil en territorios de la DO Campo de Borja. Se trata de Godina 2015 y Morca 2015, dos monovarietales de garnacha procedente de pequeñas parcelas con bajos rendimientos, fermentadas por separado en acero inoxidable y que después pasaron a roble francés para hacer la fermentación maloláctica. El primero tiene una crianza de quince meses, y cinco más Morca. Godina 2015 ( aprox. 17 €) tiene una agradable nariz que presenta finos aromas de fruta roja en mermelada (fresa), especiados (nuez moscada, clavo), nobles maderas y fondo de caramelo. En boca se percibe goloso, sabroso y envolvente. Su paso es cremoso y fresco, y su final agradable que anima a seguir bebiendo. Por su parte, Morca Garnacha 2015 (31,75 €), sería una especie de ‘hermano mayor’, intenso en nariz, complejo y fino, serio, donde presenta aromas minerales, fruta roja en confitura, torrefactos, ahumados y maderas de calidad. Con amplitud y poderío en la boca, a la vez que elegante, sabroso y una buena acidez que aporta frescura. Paso rico en matices, frutal, y bien acompañado por una excelente crianza.
En cuanto a la novedad rosada –una producción de 5.000 botellas– es obra de la histórica firma riojana Marqués de Riscal, pero en este caso sale como VT Castilla y León. Se trata de Marqués de Riscal Viñas Viejas 2016 (29,50 €), un coupage de garnacha y tempranillo con una crianza sobre lías de sauvignon blanc. Las viñas de tempranillo seleccionadas, en pie franco de la zona toresana de Villaester, tienen más de 80 años. El resultado es un vino bien elaborado en el que destaca una nariz frutal (fresa, frambuesa), junto a sensaciones florales y de hierbas aromáticas. Correcto en boca, fresco, equilibrado, con un paso ágil, pero final donde impera ese carácter primario (fruta roja ácida).
La representación riojana, en esta ocasión, va de nuevas añadas. Por un lado Pancrudo Selección Terroir 2015 (32 €), de Bodegas y Viñedos de Gómez Cruzado, uno vino de garnacha procedente del Alto Najerilla, con una media de edad de unos 80 años, localizada en laderas de suelos arcillo-ferrosos. Hace la fermentación en depósitos abiertos de acero inoxidable, y la maloláctica en un huevo de hormigón y en roble francés: el 65% de la producción permanece en esa barrica, nueva, durante un año, y el resto continúa la crianza en hormigón. El resultado, una edición limitada de 3.820 botellas (y 160 magnums). En cata se percibe una garnacha fina y delicada, con aromas de fruta roja ácida, notas minerales, recuerdos de caramelo rojo y puntas salinas. Boca también delicada, sabrosa y fresca, de paso amable y sedoso y un final de adecuada persistencia. Forma parte de la colección de vinos de pueblo de Gómez Cruzado, elaboraciones que nacen con la intención de reflejar terruños concretos, singulares, enraizados en el paisaje de diferentes zonas riojanas seleccionadas.
Por su parte, Franco Españolas aprovecha la salida de las nuevas añadas para rediseñar la imagen de sus ‘Bordones’. Objetivo, el común, conquistar al público más joven. El vino más emblemático de la firma, hasta ahora comercializado bajo la marcar Rioja-Bordón, pasa a llamarse “simplemente” Bordón acompañado del lema de marca
‘Descaradamente clásico’, con lo que transmiten que no olvidan su origen ni sus más de 125 años de historia. De los cinco vinos que componen la familia Bordón, dos incluyo en esta selección: Bordón Crianza, con un 80% de tempranillo y 20% de garnacha, y Bordón Reserva, cuya mezcla sólo difiere en el 5% de mazuelo que resta del porcentaje de la garnacha. Bordón Crianza 2014 (7 €), con doce meses en roble americano, tiene una nariz de buena intensidad y franqueza, donde apreciamos aromas de fruta roja madura (cereza), notas especiadas (vainilla), tostadas y de agradables maderas. Sabroso, ligero, con paso especiado y frutal, y final marcado por las notas de crianza. En cuanto a Bordón Reserva 2011 (11 €), con una crianza de 18 meses también en americano, es complejo en nariz, fino, con aromas de fruta roja en sazón, nuez moscada, notas balsámicas (mentolados) y de chocolate. Equilibrio en boca, fresco, con fruta, paso fluido y de final largo y persistente.
Desde Navarra, la más que conocida firma J. Chivite Family States (desde hace unas semanas propiedad del catalán Grupo Peralada) ha sacado una nueva etiqueta al mercado, Las Fieles Garnacha 2014 (13 €). Corresponde a una nueva línea de vinos, Las Fieles, que nace para “destacar la identidad y singularidad de la garnacha y la tempranillo”, declaran desde la bodega, con lo que a esta garnacha seguirá un Las Fieles Tempranillo. El que ahora nos ocupa, tras una crianza de nueve meses en barrica, resulta fragante, con aromas de fruta roja (fresa, frambuesa), florales (violeta) y agradable fondo balsámico. Fresco y fluido en boca, amable, maduro. Destaca su carácter primario y varietal.
El último estreno que cierra esta entrega es El Hijo del Carnicero 2011 (9,90 €), un ‘por para’ elaborado en la D.O. Vinos de Madrid (por Vinícola de Arganda), y que comercializan los propietarios de La Finca de Jiménez Barbero (Grupo Encarna). Procedente de cultivo ecológico, está elaborado con garnacha de viñedos propios en San Martín de Valdeiglesias, y ha permanecido diez meses en roble francés. Aromático y fino en nariz, con aromas de fruta madura y recuerdos especiados. Boca ligera, con buen equilibrio, cierta frescura, y paso amable y fluido.
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