Madrid, 5 de mayo de 2018. MS. – Las novedades vinícolas no paran de llegar al mercado desde todos los rincones del país. Dos de esos estrenos vienen de la mano de Javier Sanz Viticultor, en Rueda, y Losada Vinos de Finca, en su caso desde DO Bierzo, ambos tintos. V Colorado 2015 (50 € aprox.), el primero, es fruto de una rareza pues se desconoce, hasta la fecha, la genética de la variedad con la que está elaborado; más concretamente, su nombre puede ser el origen de la identidad de una nueva uva porque la bodega, Javier Sanz Viticultor, en la localidad vallisoletana de La Seca, tiene el beneplácito de la autoridad competente para bautizar esa nueva variedad (‘colorado’), localizada en un viñedo prefiloxérico, que hasta ahora no se ha podido identificar con ninguna de las existentes. Motivo, además, por el que sale al mercado como vino de mesa, y también por el que Javier ha elegido el nombre basándose en el color, pues no dispone de datos más precisos. Han dedicado años de injertos para reproducir la única planta original de esta variedad desaparecida, que ahora se encuentra en los viñedos familiares del municipio, sobre suelos de cantos rodados y subsuelo arcilloso.
Tras la estupenda acogida recibida por su verdejo V Malcorta (nombre de un clon de los verdejos más antiguos de la zona), un vino que nos da muchas alegrías”, apunta Sanz, este nuevo vino nace de esa variedad desconocida, encontrada en el Pago de Saltamontes entre cepas de un verdejo prefiloxérico de 1863, en suelos de cantos rodados sobre fondos de arcilla. Este Colorado viene a sumarse a la Colección V de la bodega, una línea de trabajo dedicada a elaboraciones especiales, seleccionadas y de producciones limitadas, donde ya se encuentran V Malcorta Verdejo Singular, V 1863 Verdejo Sobre Lías y V Dulce de Invierno Vendimia Tardía. Todos a partir de viñas singulares con riesgo de desaparecer, y recuperación de variedades a la que el propio Javier Sanz, como viticultor, ha dedica mucho tiempo junto a su equipo, “buscando siempre la genética de plantas como hecho diferencial”.
En cuanto a su estreno en la elaboración de tintos, Sanz recuerda que siempre ha querido hacerlos pero en su tierra, “sobre nuestro terreno, nunca fuera de mi pueblo”, y es V Colorado el primero de la Colección V. Fermentado en barrica francesa, con bazuqueos diarios hasta que comienza su tiempo de crianza, al menos diez meses en roble y otros tantos en botella antes de salir a la venta una producción de poco más de mil botellas. El resultado, un vino aromático, donde aparecen frutillos del bosque, notas de monte bajo, hierbas, especias y recuerdos balsámicos. Boca fresca, sabrosa, con notas de fruta más madura y viva acidez que alarga el paso de boca.
El otro estreno llega desde la berciana bodega Losada Vinos de Finca (Cacabelos, León) y se llama El Cepón 2016 (32 € aprox.), un monovarietal de mencía, de unos 50 años, procedente de una de las pequeñas parcelas con las que trabajan. Porque es así como está estructurado el viñedo de esta bodega, en multitud de minifundios salpicados entre diferentes municipios que obligan a su enólogo, Amancio Fernández, a vinificar cada finca o parcela por separado buscando la particularidad de cada una.
El nombre de esta nueva etiqueta responde al del paraje en el que se encuentra la viña, El Cepón, en el municipio de Villadecanes, donde Losada tienen 4 de sus doce hectáreas en propiedad. En este caso, en una ladera, a muy poca altura y con suelos de arcilla, “donde la uva madura muy pronto”, apunta Fernández. Se ha trabajado un 30% en hormigón y el resto en barricas de 500 litros, tiene una crianza de unos 15 meses en roble francés y la producción se ha limitado a unas 1.150 botellas. “Responde al concepto de vino de paraje y así saldrá al mercado cuando cumplamos el tiempo requerido”, apunte que responde a la aprobación del nuevo reglamento del Consejo Regulador de la DO Bierzo en el que se reconocen diversas nuevas categorías. Es por esta misma razón que la añada 2017 de Altos de Losada, vino buque insignia de la casa, saldrá al año que viene como “vino de pueblo”.
Volviendo a la novedad de la casa, El Cepón 2016, resulta algo cerrado en un primer momento, pero se va abriendo para mostrar un carácter muy frutal junto a aromas de hierbas aromáticas, especiados (vainilla, cacao), y una boca con buena acidez y unos taninos que pulirá con el paso de los meses; un vino que pide tiempo.
El resto de elaboraciones de finca que tiene la firma son La Bienquerida, Pobladura, y La Senda del Diablo, en este caso un monovarietal de garnacha tintorera.
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