Madrid, 9 de abril de 2010. AP. Fernando Chivite, enólogo y máximo responsable de Bodegas Julián Chivite (DO Navarra), presentó ayer una colección casi exhaustiva de sus obras enológicas en una muestra que duró casi todo el día y a la que acudieron más medio millar de profesionales (hostelería, tiendas de vinos y prensa especializada) de Madrid. Fue prácticamente una exposición de obra completa, incluidas sus últimas creaciones y la introducción en zonas como Ribera del Duero y Rueda, en la que los asistentes pudieron probar dos docenas de vinos firmados por el enólogo de Cintruénigo.
El “todo Madrid” de la gastronomía, pastoreado con maestría por Cristina Codorníu, embajadora del imperio Chivite en Madrid, acudió a la cita, bautizada como Galería Chivite, que tuvo lugar en la Galería Salvador García, situada a escasos metros del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía. Junto al templo madrileño del arte moderno, casi todas las obras del creador navarro se mezclaron con las engañosas esculturas (texturas cálidas en fría piedra de Carrara, Zimbabwe y Calatorao, entre otras procedencias) de Alberto Bañuelos. Faltaron sólo los vinos que se venden exclusivamente en los mercados internacionales y el propio Fernando Chivite, al que un imprevisto de última hora mantuvo en su bodega de Señorío de Arínzano. La fiesta madrileña de ayer fue el estreno de un acontecimiento que va a viajar por diferentes ciudades españolas: estará el 15 de abril en Barcelona, el 29 en Pamplona y el 20 de mayo en Marbella (Málaga).
Los veinticuatro vinos, más que una panorámica del grupo bodeguero, llevaban marchamo de cinco denominaciones de origen (Navarra, Rioja, Rueda, Ribera del Duero y Arínzano) y abarcaban todo el espectro de precios, desde los populares Gran Feudo hasta los exclusivos Arínzano o Chivite Colección 125. Además se hacía una especie de presentación en sociedad de las nuevas familias, Gran Feudo Edición, dedicada a la hostelería, y Baluarte, que es la entrada en zonas nuevas, que se han comenzado a desplegar en el mercado a partir de finales del año pasado.
Las estrellas fueron los vinos de valor contrastado, como los Arínzano, especialmente un ’02 que está realmente extraordinario, o la gama Colección 125: el sofisticado Vendimia Tardía, el blanco Chardonnay, uno de los mejores de España, el modélico reserva ’05 y el atrevido rosado de la cosecha ’06, elaborado con cinco variedades de uva tintas, envejecido seis meses en barrica y madurado largamente en el botellero.
Es precisamente el capítulo de rosados uno de los más llamativos en una colección con numerosos puntos de interés. El Gran Feudo de toda la vida, pleno de fruta y frescura como siempre en su cosecha ’09, se acompaña de ese Chivite Colección 125 ’06, que a ojos cerrados parecería un tinto ligero por su complejidad y riqueza, y un singular Gran Feudo Edición ’08, criado sobre lías en el que la consistencia no resta frescura.
Este último rosado tiene un hermano en el capítulo de blancos, un chardonnay criado seis meses sobre lías de marcada personalidad y más accesible que el Colección 125.E stá también el Gran Feudo Chardonnay, consolidado en un estilo serio y frutal, y el nuevo Baluarte, varietal verdejo de la DO Rueda.
En la elite de los tintos, codo con codo con los Arínzano y Chivite Colección, cabe situar al rioja Conde de la Salceda ’05, un reserva de corte moderno, maduro y consistente, que está en la vanguardia de la DOC Rioja. Y, cerca, una debilidad de este cronista, el Gran Feudo Viñas Viejas, un tinto grande que suele pasar inadvertido y que se ha pasado a la gama Edición; es de desear que la hostelería le de la cobertura que merece.
Junto a ellos hay otros clásicos recomendables, como el reserva Gran Feudo que en su versión ’04 aparece bien ensamblado y con cierto desarrollo, tal vez en su mejor momento, o el Viña Salceda ’05, un reserva de Rioja muy reconocible como tal y con garra, y una gama de aire más comercial en la que caben el Viña Salceda crianza, el Gran Feudo crianza y el ribera Baluarte, que también se estrenaba ayer.
Además, se abre paso una línea muy actual de vinos frescos y fluidos que buscan el trago largo. En ese capítulo era muy apreciado entre los asistentes el Gran Feudo Selección Edición Especial ’06 al que le sobra alguna punta vegetal de Cabernet, pero es más sugestivo el nuevo Chivite Tempranillo Expresión Varietal ’07, muy fresco, frutal y amable. Completa la gama un Chivitel Merlot ’07, tinto biológico nacido para dar respuesta a la demanda de un segmento muy determinado del mercado.
Y de postre, protagonismo para la Moscatel del Grano Menudo, tal vez el último descubrimiento de la DO Navarra, y estaba ahí toda la vida, que en manos de Fernando Chivite da uno de los mejores vinos dulces del mundo, el Chivite Colección Vendimia Tardía, espectacular pero casi inalcanzable por escaso y caro. Un vino para ocasiones especiales; en las otras, dos buenas alternativas, Gran Feudo y Gran Feudo Edición, que ofrecen esa cualidad de frescura y madurez tan infrecuente en los vinos dulces de Moscatel, casi siempre tan pesados o tan verdes y amargos.
Al final, una mano de dudosa inocencia pero inmaculada en este acto, dirimió el sorteo de un viaje entre todos los asistentes. Fue a parar a uno de los responsables de compras de El Corte Inglés. No hubo el menor atisbo de trampa ni cartón y el puro azar le dio pan a quien probablemente no tiene dientes. Pero fue pura suerte. Doy fe.