LA CATA

Aspecto

Rojo cereza intenso y vivo, tonos granate, delgado borde rubí.

Nariz

Elegante, amplio, bien definido, muchos matices sugestivos. Estilizados aromas de frutas en sazón, con recuerdos de frutos rojos (grosella) y negros (zarzamora), toques florales (lirio, flor de romero) y minerales (grafito), delicados toques de crianza, especias), fondos de tinta y trufa negra muy sofisticados.

Boca

Excelente equilibrio en un paso de boca fresco y lleno, con nervio y cuerpo, centro carnoso, consistente y un punto graso (sensación de untuosidad bien marcado, sobre todo en la salida), finos taninos de fruta madura que le dan relieve sin ser rudos, potente en sabores y también en aromas, con muchos matices bien engarzados en un posgusto amplio y sugestivo.

Evolución

En gran momento para los amantes de vinos con raza; quienes prefieren líneas más pulidas en perfiles tradicionales deberán esperar al menos hasta 2028-2029 pero después tendrán otros cinco-seis años o más para disfrutarlo.

Servicio

Temperatura: 16ºC. No precisa decantación ni oxigenación.

Gastronomía

Con este estilo de vinos se piensa enseguida en carnes rojas de res grande (chuletón de buey), con entidad suficiente pero que no interfieran la riqueza aromática del vino. Y en elaboraciones más complejas, va bien con guisos como el jarrete de vaca, el osso-bucco o el rabo de toro, así como con platos de caza (perdiz estofada, arroz con conejo de monte, pichón, incluso la comprometida pintada), platos amables de legumbres, como el cocido madrileño o las pochas a la riojana, o arroces con carne (zamorana, al horno); hortalizas como los pimientos del piquillo asados o rellenos de carne o los pimientos verdes a la brasa. Quesos de leche de oveja, semicurados y curados pero no ahumados, de mezcla o de cabra (bien con muchos quesos canarios de leche de cabra).