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Madrid, 23 de septiembre de 2010.- RP.- Aunque el nombre de Cigales suena
tradicionalmente más por la fama de sus claretes o rosados que por sus vinos tintos, han
sido éstos los que están haciendo que el nombre de esta Denominación de Origen se
propague en el boca a oreja del vino español.

La llegada de bodegas que han sabido aprovechar la calidad de este terruño, situado al norte
de Valladolid, en el valle del Pisuerga, y de elaboradores que han modernizado los vinos
cigaleños ha hecho que hoy se hable de esta región como un lugar al que tener en cuenta
vinícolamente hablando.

La semana pasada, y con la intención de “mostrar la nueva imagen en vinos tintos de
Cigales y evidenciar que los rosados continúan con magnífica salud y competitividad en el
mercado”, quince bodegas de la DO presentaron sus vinos en Madrid.

Rosados como Docetañidos o Clarete de Luna, elaborados tradicionalmente con variedades
tintas y blancas pero que hoy cuentan con un toque de modernidad y tintos como los
Traslanzas de 2005 y 2006 que elabora el equipo de Ana Martín y María Pinacho, César
Príncipe 2007, un tinto potente y elegante que procede de viñas viejas de Tempranillo,
los Lezcano Lacalle y Dú, los tintos de Museum, bodega puntera de la denominación
perteneciente al Grupo Barón de Ley, o el premiado Viña Concejo, para algunos de los
asistentes el mejor vino de la presentación, dieron muestra de lo mucho que tiene que decir
Cigales en el vino, aunque su situación, rodeada por las prestigiosas regiones vinícolas de
Toro y Ribera del Duero, no se lo ponga del todo fácil.