Madrid, 10 de diciembre de 2013. MS. - Pere Bonet, Consejero Delegado y director de
Comunicación del grupo Freixenet, es el actual presidente de la Denominación de
Origen Cava. Desde este nuevo cargo nos habla en esta entrevista de las previsiones
de ventas para la presente campaña navideña, además de analizar la situación de los
mercados y los retos que tiene por delante el vino español, y abordar algunos de los
temas presentes en la agenda del Consejo Regulador.
Hemos leído que la Navidad concentra el 50% de las ventas de cava. Además de
saber si esto es real, ¿qué previsiones de ventas tienen para estas navidades?
Esa cantidad está en función del tipo de cava que hablemos. Tenemos el consumo
esporádico, de una o dos veces al año, que concierne al semiseco y cavas de este tipo
que seguramente sí representa el 50%, pero en lo que concierte a grandes reservas, los
cavas de añada, que se consumen a lo largo del año de manera parecida la media debe
rondar el 40% del año.
De cara a las navidades, creo que haremos un ejercicio parecido al del año pasado.
Hasta finales de verano íbamos a la par del anterior ejercicio pero dado que en octubre
y noviembre las cosas han bajado un poquito, y confiando que a lo mejor ahora, en
Navidad, se recupere algo, es probable que quedemos igual o incluso sensiblemente un
poquito por debajo al año pasado. Pero es difícil de prever, esto no se puede saber hasta
que no pase la campaña.
¿Opina, como apuntaba el presidente de Freixenet, José Luis Bonet, hace unos
días, que el conflicto entre el gobierno catalán y el español afectará al consumo de
cava?
En su momento ya se produjo y no creo que haya variado mucho. El consumidor
racional que consume lo que cree que le conviene y lo hace por calidad seguirá
consumiendo y el que no, no. Se habla mucho en todos los medios de comunicación
pero creo que es una cuestión independiente del consumo de cava, o sea que puede
influir pero influye más, sin duda, la crisis por la que estamos atravesando desde hace
siete años, esto sí que influye. De cara al mercado exterior, en los medios foráneos no
tiene repercusión como en los nacionales.
Siguiendo con el consumo, ¿tiene el sector del cava planes estratégicos para
recuperar mercados y esos segmentos que lo han dejado por el champagne?
El champagne también está teniendo sus dificultades, han bajado en ventas y por ende
sus números, también por la crisis, se han visto afectados. En el mercado español se
vende bastante menos champagne que hace cinco o seis años, la crisis afecta a todo
tipo de consumo en mayor o menos medida. Creo que esto va a seguir una tónica
parecida tanto para ellos como para nosotros. En nuestro país se han llegado a vender
4 millones y medio de champagne, si no me equivoco, y ahora casi un millón menos.
Por el contrario, el cava en Francia vende algo más de cinco millones. Es decir, que el
consumidor en todas partes compra en función de su poder adquisitivo y sus gustos, y
en nuestro caso estamos teniendo un buen desarrollo en el mercado vecino (francés).
Comparar ambos productos, a pesar de que se pueden parecer mucho, es erróneo porque
son distintos en muchos aspectos. Por esta razón, hacer una política de choque solo por
esto no conduce a ningún lado, lo suyo es intentar hacer un cava de la máxima calidad,
como considero se está haciendo en general en todas las bodegas elaboradoras, esto sí
que tiene una progresión en la exportación. De hecho, cada vez se exporta más lo que es
señal de que el cava goza de buena salud cualitativa y de buen ímpetu en el extranjero.
No nos hemos de fijar en el champagne sino en nosotros mismos y en hacerlo bien
buscando ser los mejores en nuestro segmento.
En lo que respecta al mercado español, tenemos dificultades igual que el resto de vinos,
desgraciadamente, pues hablamos de 13 litros por habitante y año, lo que es poquísimo
en comparación con otros países, productores o no. Alrededor de los 55 litros por
persona en Francia, en Suiza, que no producen, 32… aquí estamos bajo mínimos en el
consumo global por lo que el de cava también se ha resentido pero no creo que seamos
uno de los principales afectados. Tal vez mediáticamente sí está más perjudicado por
todas las turbulencias que se montan alrededor pero nada más. El problema es que el
consumo en general ha bajado y es esto lo que hay que intentar recuperar. No sé quién
puede ser el culpable de esto pero tal vez ha sido la generación anterior que ha protegido
demasiado a los jóvenes actuales de cara al alcohol… aunque luego lo consumen de otro
tipo.
¿A qué achaca entonces el éxito del champagne? Y en paralelo, ¿considera que el
consumidor ‘perdido’ es recuperable?
Creo que, como nosotros en Francia, hacemos todo lo posible por conquistar mercados
y el mercado español es atractivo en el segmento de precios alto para cualquier tipo
de producto, y el champagne es uno de ellos. Nosotros estamos incidiendo mucho,
en Francia por ejemplo, en el segmento medio alto. No llegamos a competir con
el champagne pero sí que cuando bajamos un poco el precio tenemos un mercado
interesante.
Esto que apunta del transfuguismo no es real en sí mismo sino que responde más bien
a que el champagne hace bien su trabajo como nosotros lo hacemos allí. A la hora de
gastar su dinero, el consumidor es quien opta por una cosa u otra, pero creo que ellos
hacen bien su política de promoción en todos los mercados, como sucede en Japón,
donde también el cava tiene una progresión muy brillante, o la del cava en Bélgica,
superior a la del champagne. Depende de las acciones de las marcas en cada uno de los
mercados. Desde los Consejos Reguladores difícilmente se puede promover el consumo
de una forma muy eficaz, esto lo hacen las marcas desde sus respectivos planes de
marketing, son ellas las que hacen crecer o no el consumo en un país determinado.
En otro orden de cosas, ¿desde el Consejo tienen planes para que vuelvan las
bodegas que han optado por abandonar la DO?
La DO está abierta a todo el que cumpla el pliego de condiciones de esta Denominación,
la elección es libre. En este sentido, la marca Raventós i Blanc decidió no estar dentro
de la Denominación porque prefería tener unas condiciones distintas y se fue a vino
espumoso en general, pero siempre podrá volver a la DO Cava si cumple con las
condiciones. Ya lo veremos en el futuro qué quiere hacer pues una cosa es que, quizás
mediáticamente, tenga un rédito inmediato decir yo me voy porque quiero ser solo yo
pero luego esto en el mercado internacional es más difícil de defender. Como el resto
de Denominaciones protegidas, Cava cumple unos requisitos que dan una credibilidad
en el consumo y a los intermediarios y todo esto redunda en beneficio de las marcas
amparadas por la DO. Cuando quieres ir a vender a un mercado como el japonés, por
ejemplo, es mucho mejor ir protegido por la DO Cava que ir por libre, le costará mucho
más explicar que lo hace bien porque no tiene detrás una denominación contrastada y
protegida.
Por último, ¿se piensa en zonificar la Denominación como se ha hecho con
Penedés…?
Desde el Consejo no somos partidarios de zonificar porque el cava es un vino singular,
hecho por el ensamblage de distintos vinos de procedencia diferencia y no todos
de la misma viña, no es la filosofía de un château sino exactamente igual que la del
champagne. En este sentido, sería ir contra la esencia del método, lo que no significa
que se pueda distinguir, como en otras zonas (como Champagne o Burdeos), cavas
de pago diferenciados por la zona de la que proceden que cumplen otros requisitos
por encima de los de la DO, pero zonificar geográficamente (por comunidades o por
comarcas) es muy complicado porque dentro de una misma comarca, por ejemplo,
hay muchas subzonas y acabaríamos zonificando parcelas que es imposible. Ésta es la
opinión desde el Consejo pero, dicho esto, es un tema que siempre está en debate lo cual
es bueno porque se pone encima de la mesa y se dialoga mucho.
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