Tras bastantes semanas de silencio, la duda sobre lo que sería esta nueva entrega ha sido uno de los motivos. Si una primera y afianzada intención era dedicarla a vinos blancos, en el último mes el boom de tintos que ha ido cayendo en mis manos me ha llevado a, finalmente, optar por contaros sobre estas elaboraciones dejando aquella selección inicial para la próxima vez. Y de hecho, pensándolo bien, tampoco voy a equivocarme dado que los blancos de los que hablaré los considero blancos con mayúsculas, grandes, etiquetas con cuerpo y carácter para aguantar los meses de otoño e invierno que nos quedan por delante. Al menos ése es el reto marcado, y por eso mi confianza plena en que dejarlos para luego puede resultar un acierto. Convencida a mí misma, los tintos que traigo en esta ocasión se debaten entre nuevas añadas y elaboraciones de estreno, unas y otras recomendables para ser probadas y reseñables por diferentes motivos, entre ellos por ser muy buenos.

La añada 2004 es una de las consideradas excepcionales para el vino español, y uno de los reservas emblemáticos de nuestro país es el Gran Reserva 904, de La Rioja Alta, que acaba de sacar al mercado su 2004. Elaborado con tempranillo y un 10% de graciano, de viñedos de más de 40 años, es un vino complejo, grande, que muestra su noble carácter en esta cosecha. Elegante, intenso, con aromas de fruta confitada, especias dulces, notas balsámicas, maderas finas y noble reducción. Resulta equilibrado, sabroso, tiene una boca amplia, profunda, envolvente, y mantiene una buena acidez que aporta frescura y un final largo y persistente.

Desde tierras mallorquinas llega la nueva cosecha de Ánima Negra, Àn 2011 (V.T. Mallorca), procedente de viñas viejas de la autóctona callet y suelos pobres, y buque insignia de esta bodega situada al sureste de la isla de Mallorca. Tras permanecer 18 meses en barricas francesas, encontramos una etiqueta de marcado carácter mediterráneo. Nariz fina con buena intensidad, donde hay frutos rojos, hierbas aromáticas, recuerdos florales y de bosque umbrío. Sugerente, profundo, aromático, con una boca amplia y paso frutal, fresco y fluido. Taninos maduros y final de boca largo y complejo.

De nuevo en Rioja, desde Bodegas Paco García, y de la mano del joven Juan Bautista García, hijo de Paco (a quien se debe el nombre de la bodega y la huella en sus etiquetas), y Ana Fernández, su pareja, llega una novedosa creación dentro de lo que han llamado ‘Experiencias Paco García’. Se trata de una línea de trabajo bajo la que cada año elaborarán una ‘nueva experiencia’, única e irrepetible, que podrá consistir en un vino o dos, en el mismo vino procedente de diferentes barricas, con o sin sulfuroso… a partir de 

diferentes variedades y/o suelos. Este año se estrenan con Experiencia Garnacha 2011, procedente del viñedo más alto que han sido capaces de localizar en el valle de Leza, a más de 600 metros, en Rioja media, y que ha madurado durante doce meses en barricas francesas de segundo uso. A partir de garnachas de una media de edad de 35 años, la frescura que ofrece merece ser destacada. Un vino goloso, con recuerdos a especias dulces, fruta madura, notas florales y pimienta negra, en boca resulta sedoso, fresco, con sutiles toques lácticos y especiados, bien equilibrado y de longitud media.

También Freixenet, para celebrar su centenario, nos adelantaba en el mes de mayo una nueva elaboración, La Freixeneda 2011 (D.O. Cataluña). Un tinto muy especial, diferente, inspirado en los amarone italianos, procedente de la finca familiar que le da nombre (propiedad de los Ferrer) y proyecto con el que José Ferrer Sala rinde homenaje a sus padres, Dolores Sala y Pedro Ferrer, con quienes comenzaría la historia de esta casa. A partir de cabernet sauvignon (70%) y garnacha (30%), su elaboración arranca una vez se inicia la pasificación de las uvas, entonces una parte permanece en cámaras durante unos quince días, hasta que se deshidrata, mientras el resto está dos días en cámara de frío. Para su crianza ha estado 20 meses en botas de roble natural croata de 1.200 litros, y se presenta con tapón de cristal, abogando, como apuntaba su enólogo y creador, Josep Buján, por su consumo y no por su guarda. Su producción es escasa, limitada a unas 8.000 botellas (sobre 60 euros), y catado cuatro meses después de aquella primera vez, una marcada madurez ha dejado paso a la complejidad y finura de la garnacha junto a la estructura de la cabernet. Una nariz compleja, de cierta dulzura y agradable licorosidad, donde se perciben finas y nobles maderas. La boca es amplia, elegante, equilibrada, golosa y envolvente, con una acidez que aporta frescura y equilibrio al vino. Persistente final de boca. RB Selección 2011, de Bodegas Franco Españolas, fue otro de los estrenos a los que asistimos en el mes de mayo, y etiqueta a la que también le ha ido muy bien el paso de estos meses en botella. Esta nueva elaboración rejuvenece en estilo e imagen una marca, Rioja Bordón, que es de las más clásicas de Rioja. Realizado con tempranillos de 40 años, el resultado es un vino juvenil, frutal, marcado por su carácter primario, que rompe los esquemas de esta casa. Intenso en nariz, limpio, presenta aromas de fruta roja bien madurada, especias dulces, notas de regaliz y finas maderas. Sabroso, con buena acidez, de paso sedoso y fluido, al final permanecen las notas frutales y de su crianza en barrica.

De regreso al apartado de nuevas añadas, Finca Villacreces 2010 es una de las llegadas destacadas de la Ribera del Duero, por ser de las cosechas consideradas excelentes, sin olvidar el éxito de Pruno 2010 (su hermano pequeño) en la última edición de la guía Parker (“mejor vino del mundo por debajo de 15 euros”). Compuesto de tinta fina (86%), cabernet sauvignon (10%) y merlot (4%), procede de las mejores cepas de la finca, ubicada en el corazón de la Ribera, y ha permanecido 14 meses en barricas nuevas de roble francés. Es un vino que cuya complejidad e intensidad ya se manifiesta en la nariz, donde se perciben aromas de fruta roja y negra en sazón, tostados, maderas cremosas y notas de cacao. Buena estructura en boca, equilibrado, sabroso, amplio y con noble expresión tánica. Final fresco, y etiqueta que ganará aún más con su permanencia en botella al ser un vino de largo recorrido.

Otras dos referencias reseñables, de nuevo en Rioja, son Nico by Valserrano 2010. (Viñedos y Bodegas de la Marquesa) y la nueva añada del ‘tempranillo de montaña’ (como les gusta referirse a él) de Barón de Ley, oficialmente Varietal Tempranillo 2011. El primero debe su nombre a Nicolás, primer hijo de Jaime de Simón, enólogo de la bodega, y miembro de la sexta generación de la familia. Procedente de viñas viejas y poco productivas, se compone de un 80% de tempranillo, 15% de graciano y 5% de mazuelo, y ha permanecido 21 meses en barricas de diferentes procedencias. Un vino franco, con aromas balsámicos, de especias dulces, finas maderas, cueros e hierbas aromáticas. En boca resulta sabroso, bien equilibrado, con ciertas notas de reducción combinadas con recuerdos de monte bajo y sotobosque. En cuanto al nuevo tempranillo de Barón de Ley, se elabora con uva de la finca Las Carboneras, a 850 metros sobre el nivel del mar y condición que le aporta frescura. Ha pasado 12 meses en barricas de roble americano y el resultado es un vino fragante en nariz, con aromas de fruta en confitura, especias, lácteos y finas maderas. Complejo, sabroso, de agradable madurez y una fresca acidez. Final de boca limpio y expresivo.

Desde Toro, propongo las más recientes añadas de Numanthia y Termanthia, dos monovarietales de tinta de Toro de viñas viejas. Si bien es cierto que del vino emblema de la bodega, Numanthia, acaba de ser presentada en sociedad la cosecha 2011 (de la mano del nuevo presidente de Estates & Wines, Jean- Guillaume Prats, del grupo LVMH), opto por traer a esta selección la 2010 de ambas etiquetas. Las dos se encuentran en un momento excepcional, y mantienen una estupenda acidez digna de ser destacada. Bajo la dirección técnica de Manuel Louzada, les da más de un año de botella tras, al menos, un año y medio de crianza en barrica nuevas. Numanthia 2010 presenta una buena concentración, aromas de fruta negra, notas especiadas y de pastelería, y una viveza que lo mantiene ‘joven’ y le augura tiempo por delante. Potente, vigoroso, estructurado, untuoso. Largo y con toques balsámicos en su paso por boca. En cuanto a Termanthia, la joya

enológica de la bodega, procede de un viñedo en Valdefinjas (Zamora), a 850 metros de altitud. La cosecha 2010 resulta compleja, elegante, concentrada, con notas especiadas, balsámicas, tostadas, aromas de frutas rojas y notas florales. Boca equilibrada, sedosa, con volumen, buena acidez y tanino pulido. Final persistente, profundo, con recuerdos minerales y tostados.

Y para finalizar reparo en una joven bodega, en marcha desde 2005, asentada en la provincia de Valladolid, a orillas del Duero, y cuyas elaboraciones salen como V.T. Castilla y León. Se trata de Bodegas Vizar, de entre cuyos vinos llama mi atención su Vizar syrah 2010 (3.000 botellas) añada que a partir de primeros de año llegará al mercado porque de momento es la 2009 la que tienen a la venta. Un monovarietal de syrah, procedente de una parcela muy concreta de la finca, El Redondal, y que ha permanecido 14 meses en roble francés. Un tinto personal y profundo, que muestra una variedad de excelente maduración y finura. Notas de fruta negra, tostados y fondo ahumado. Fresco, muy aromático, fluido y expresivo, con las maderas bien integradas y de muy agradable sensación balsámica en el final de boca, también largo. ​

Confío los elegidos os resulten tan interesantes como lo han sido para mí. Y en la próxima entrega, seguro los blancos prometidos.