Madrid, 21 de noviembre de 2014. MS. – Coincidiendo con la tercera edición de ”Los 90+ de La Rioja Alta, S.A.”, una cita con las añadas y marcas del grupo riojano que mejor valoración han obtenido durante este año por parte de la crítica, y que ha tenido lugar en el madrileño Hotel Wellington, se ha presentado la nueva añada de su Gran Reserva 890. Se trata de la cosecha 2001 y es su primer Gran Reserva etiquetado como “Selección Especial”, entre otras razones de cara a la celebración de los 125 años de historia de La Rioja Alta en 2015.
“Cuando hablamos de un gran vino hablamos de mucho más, algo unido a los placeres sentimentales”, comenzó diciendo Guillermo de Aranzábal, presidente del Grupo y presente en el encuentro con la prensa especializada junto a Julio Sáenz, director técnico. Esta marca, camino de cumplir esos 125 años que celebrará la bodega, “tiene, probablemente, en esta añada el mejor 890 que hemos hecho nosotros”, afirmaba sin dudarlo Aranzábal, quien además asociaba el hecho de hacer un gran vino con un arte, más allá de una ciencia, con algo que provoca emociones. “Nuestro lema es evolución, no revolución”, es decir, que siguen las tendencias pero no las modas porque éstas pasan, “y éste vino es una muestra de ello, tiene un estilo clásico renovado, es un clásico de vanguardia en el que cogemos lo mejor de cada uno (clasicismo y vanguardia)”, explicaba.
Tras palabras tan ‘emocionales’, Julio Sáenz, quien dirigió la cata, comenzó apuntando que es ésta la primera vez que han puesto “Selección Especial” en la etiqueta de su 890, “porque considero que es la mejor cosecha de todas (elegancia, largura, sanidad), para mí fue perfecta, y porque el próximo año cumplimos 125 años y la fecha requería un vino especial”. Una efeméride por la que también han cambiado la cápsula, ahora dorada y donde se recuerda el aniversario.
Asegura que para esta casa los grandes reservas son sus mejores elaboraciones, tanto el 890 como el 904, “y éste gran reserva nace en el viñedo, y creo que podemos presumir de ser defensores de esta filosofía de trabajo”. Compuesto por un 95% de tempranillo, completado con mazuelo y graciano, de viñas de más de 40 años, ha permanecido seis años en barricas de roble americano “lo que se traduce en doce trasiegos artesanales, dos al año, y selección en cada uno de ellos”, explicaba Sáenz.
Lo cierto es que esta nueva añada resulta diferente de las anteriores, se percibe un cambio, esa evolución a la que se refería Aranzábal y que tan bien le ha sentado al vino. Y Sáenz así lo reconocía. “Hemos mejorado las primeras impresiones, por así decirlo, empezando por rejuvenecer su color, luego hemos quitado los aromas de reducción, los barnices, y el vino, dada su edad, ya no tiene fruta pero sí frescura”. En nariz es intenso, presenta notas especiadas, tostadas, almizcles, recuerdos de frutas maduras y frutos secos. Boca equilibrada, sedosa, sabrosa, aromática. Un vino fino, elegante, delicado, con una viva acidez (punta amarga), propia de las variedades con las que está elaborado –potenciada por la zona de la que proceden– y el tanino muy bien integrado. Persistente y con una larga vida por delante.
Terminada la presentación de esta nueva añada, y antes de que se abrieran las puertas a socios, clientes y amigos, pudimos también recorrer las distintas mesas reunidas en el espacio de “Los 90+ de La Rioja Alta, S.A.”, un salón en el que estaban presentes todas las cosechas y marcas de las cuatro bodegas del grupo que, durante este año, han obtenido 90 o más puntos en las catas de los principales críticos nacionales e internacionales. Y tercera edición en la que tampoco faltaron los Clubes de Cosecheros de La Rioja Alta S.A, Áster y Torre de Oña, vinos que elaboran en exclusiva para sus socios y motivo por el que no se presentan a ninguna cata externa.
Deje su comentario
Debe estar logged in para comentar.