Cervantes, 8. León.
Tel. 987 232 121
http://camarotemadrid.com/
En la popular zona del barrio húmero leonés abre sus puertas Camarote Madrid, conocido entre sus parroquianos y habituales como “El Madrid”, una taberna-restaurante que disfruta de gran animación a cualquier hora del día. Para quien busca ambiente la barra es el lugar ideal, dejando el salón, al fondo y con capacidad para 12 personas, para encuentros más tranquilos y reposados.
El establecimiento en sí es amplísimo, con una barra que ocupa gran parte del espacio en la que abundan tapas de toda clase, que entran por los ojos y conquistan en el paladar. Indispensable la ensaladilla, riquísima, el cazón en adobo, la cecina, los calamares, el picadillo o las almejas a la sartén, de una oferta interminable y variada entre la que también destacan los mariscos, aseguran que de los mejores de la ciudad. Luego, una ‘cortina’ de jamones (otra de sus propuestas) cuelga del techo formando parte del decorado, al que contribuyen grandes expositores de vino, una zona dedicada a exposiciones (de pintura y fotografía), retratos de personas famosas o conocidas que han pasado por allí, e innumerables motivos y fotos taurinas dada la afición de su propietario, Javier Gómez.
Pero es el apartado vinícola uno de los fuertes a destacar. Un primer vistazo al entrar obliga a presentirlo, y se confirma una vez pedida la carta o consultada la oferta. Referencias por copas bien conservadas y servidas, y una bodega en la que encontrar referencias de numerosos puntos del país, desde las más conocidas a las menos, y donde no faltan novedades, etiquetas sorprendentes y vinos de esos que marcan tendencia. Por supuesto dando protagonismo a las elaboraciones de la tierra, que ocupan un lugar destacado. Por cierto, en los bares leoneses la tapa te la ponen al pedir la consumición, diferente en función de la temporada, el día y la cocina.
Una dirección a tener en cuenta en la capital leonesa, entre las muchas que concentra el barrio húmedo (en el centro de la ciudad) y zona por la que salir de tapas es casi de obligado cumplimiento porque sería una pena perdérselo. Primero por la oferta y luego por el servicio; la atención al vino es digna de ser mencionada, y el hecho de que por cada bebida sirvan una tapa sin coste adicional contribuye y mucho a que la experiencia resulte inolvidable y más que recomendable.
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