C/ Serrano 85. Madrid.
Tel. 91 411 01 98
www.fortepizza.es
No cierra.
Hace unos años, dentro del boom de restaurantes que vivió Madrid se cuentan las distintas direcciones de cocina italiana abiertas que tenían en la autenticidad su reclamo. Aunque no todos han sobrevivido, favoreció que el comensal ampliara sus dominios cuando de esta culinaria se trata, tanto en productos como en recetario.
Sumidos en los tiempos que nos ha tocado vivir, aguantan los que había de antes, algunos de los nuevos ahora reformados o reinventados, y luego los que han entendido que la época y el cliente son otros, esto es, que permanecer conlleva ofrecer cosa buena y rica, con poco malabarismo incomprensible y, fundamental, precios lo más populares posibles para llegar a todo los públicos.
El romano Mattia Pierantoni y su otro socio italiano parecen haberlo entendido a la perfección pues por ahí discurre el día a día Forte, uno de los últimos italianos llegados a la capital con la cocina auténtica como bandera, que además de elaborar como mandan en su país también se la cuentan a todo el que lo quiera escuchar. Su antecesor, Fortino, lo localizas en Platea, el espacio de ocio gastronómico abierto en la calle Goya, y el tercer hermano es Fortissimo, abierto recientemente en Aravaca Village (C. de la Zarzuela, 23). Los tres proponen una oferta parecida a partir de auténtica materia prima italiana que llega cada semana a los establecimientos a través del socio de Mattia, encargado de la selección de productos y de proveedores.
Entre los ‘fuertes’ de Forte se cuentan las pizzas, hechas en horno de piedra, originales y de obligada ‘probatura’, al igual que la tradicional carbonara, y aquí verdadera (esto es, nata cero!). Entre las entradas incluyen una genuina y sabrosa caponata alla siciliana (guiso de berenjenas, salsa de tomate, almendras, piñones y pasas), le stracciatelle di burrata (presentada de tres maneras, clásica, trufada y con tomates secos), la variedad de mortadelas de Bologna o una estupenda mozzarella de búfala.
A continuación es más que recomendable dejarse seducir por el surtido de pizzas (muy buena y sorprendente la de capocollo e crema di zucca que lleva crema de calabaza, mozzarella ahumada, capocollo(*) de cinta y rúcula) entre las que también incluyen focaccia y una propuesta del mes. Completan la propuesta con pastas frescas de todo tipo y un poquito de carne y pescado de entre los que destaco el clásico vitello tonnato (ternera en salsa de atún con alcaparras), ideal para compartir. Elaboraciones muy apetecibles, para todos los gustos, y que siguen el recetario tradicional a partir de productos de temporada.
En cuanto al espacio en el que tiene lugar este desfile de pura cocina italiana, resulta un lugar moderno y funcional a la vez que muy acogedor, sobre todo en sus salones del fondo (con mesas redondas y un reservado), gracias a la iluminación y los elementos decorativos.
Además, tiene una amplia zona de barra a la entrada abierta desde primera hora de la mañana, para quien quiera desayunar, y que no cierra en todo el día con oferta para todos los momentos de la jornada, incluido menú del día de lunes a viernes por 12 euros.
En sintonía con la autenticidad de su comida, la oferta vinícola es dominio italiano (a excepción de dos tintos y dos blancos españoles, por si el cliente se empeña); cuarenta referencias distribuidas por tipos y zonas, a las que suman diversas cervezas del país, entre ellas una de grifo, Peroni Nastro Azzurro.
(*) El capocollo es una especie salami tradicional de Calabria elaborado a partir de la paletilla y cuello del cerdo.
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