Madrid, 27 de mayo de 2018. MS. – La presentación oficial tuvo lugar hace pocas semanas en el municipio vallisoletano de Rueda, corazón de la denominación de origen, y donde las riojanas Bodegas Beronia han establecido su nueva bodega en Rueda. Propiedad del grupo jerezano González Byass, hace tres años presentaban la primera añada de Beronia Verdejo Rueda 2015 y es ahora cuando estrenan instalaciones propias en la denominación, lo que da a entender una decidida voluntad de asentarse en la zona.
La 2018 va a ser la primera añada que elaboren incorporando uva propia, aunque tendrán que pasar todavía unas cosechas para que se abastezcan en exclusiva de su propio verdejo; por el momento, continuarán sirviéndose de sus proveedores habituales porque, además, la normativa de la DO sólo permite utilizar un máximo del 50% de uva propia en su primer año de vendimia, recordaba Marian Santamaría, enóloga de Beronia. “Sin olvidar que supondría un cambio en el perfil del vino porque nuestro verdejo –añadía– procede de un clon seleccionado de Segovia, donde encontramos los viñedos más viejos adaptados a una zona con mayor altitud y clima extremo”.
El viñedo de Beronia se compone de 65 hectáreas en propiedad, distribuidas en dos fincas y plantadas en 2016. La mayor cuenta con 40 hectáreas, a una altitud de 775 metros, donde la disposición de sus viñedos busca favorecer “la diversidad y variabilidad”, apuntan. Se trata de la finca El Torreón, con un estupendo pinar como referencia, y con un suelo con mucho aluvión del Duero y algo de caliza.
El resto de hectáreas se encuentran en torno a la bodega, en la finca La Perdiz, donde las zonas en las que caben menos plantas por hectárea las han plantado en eje vertical, “una especie de viñedo viejo en altura”, explica el responsable de campo.
Combinarás vendimia manual y con máquina, pero siempre nocturna, y su pretensión es vinificar cada parcela por separado. También nos adelantan que ya tienen diferenciado un viñedo destinado, en un futuro, al que será su “vino top”.
En lo que respecta a la bodega, auténtica protagonista en esta ocasión, ha sido construido en acero y hormigón, está semienterrada y es obra del arquitecto Gonzalo Tello, el mismo que hizo Finca Constancia en Otero, Toledo. La sostenibilidad ha sido el hilo conductor de la obra, respetuosa con el medio ambiente, planteada para aprovechar la gravedad y donde la luz tiene paso a través de los grandes ventanales que rodean todo el edificio.
Luego, convencidos, decían, de las bondades de los grandes volúmenes, aunque por el momento no cuentan con depósitos de madera, sí tienen inmensos depósitos de acero inoxidable y de hormigón, “pero de cara a ese proyecto top que tenemos en mente incorporaremos foudres de madera, porque ese vino tendrá una crianza que combine el hormigón con el foudre, “mitad y mitad”, añadía Mirian.
Pero en esa apuesta por el medio ambiente y las últimas tecnologías, disponen de prensas de nueva generación; una caldera de biomasa donde meten todos los restos de la poda para generar agua caliente y calefacción; o un aljibe donde recogen las aguas fluviales que utilizan para alimentar la fuente decorativa de la entrada de la bodega y regar el pavicésped, entre otros usos.
Beronia Rueda 2017, el vino que actualmente está en el mercado, es el que ha estrenado estas instalaciones pues ha sido elaborado íntegramente en ellas. Procede de uvas de la misma viña pero vendimiadas en dos momentos distintos, una más temprana de lo habitual y la otra más tardía. Una ‘mezcla’ de la que ha surgido un vino aromático, con notas de fruta blanca (pera), flores, herbáceos y toques cítricos. En boca es fresco, con un punto goloso pero amargo en el paso, característica identificativa de la variedad.
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