Burbujas que piden paso

 Madrid, 24 de noviembre de 2014. – Si hace muy pocos días una representación de los cavistas de Requena se presentaba en Madrid para dar a conocer su nueva asociación profesional, la zona en la que elaboran y su diversidad de productos a los profesionales de la capital, la pasada semana han sido una serie de elaboradores de la DO Penedès los que presentaban sus espumosos bajo una nueva mención, Clàssic. En esta ocasión, siete bodegas de la denominación catalana se acercaron a la capital, cada uno con uno de sus vinos, y explicaban esta nueva categoría a la crítica.

Parece evidente que el momento continúa siendo propicio para promocionar y abrir mercados con vinos espumosos alejados de Cataluña, los primeros, y al margen de la DO Cava, los segundos. También es verdad que los valencianos llevan años tomando posiciones en el terreno de las burbujas con un carácter que los avala, más allá de unas circunstancias que les son favorables.

Desde que en 1989 quedase definitivamente dibujada la zona de elaboración de la DO Cava, tras sentencia firme del Tribunal Suoremo, las bodegas de Requena elaboradoras de cava han ido en aumento, siendo la zona que más incorporaciones ha registrado en la Denominación de Origen Cava. A partir de aquí, la Asociación de Elaboradores de Cava de Requena celebraba en la capital su puesta de largo, primero junto a varios profesionales de la prensa especializada y después con las principales distribuidoras de la capital.

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Seis de los cavistas que conforman la asociación de Requena // Josep M. Albet durante la presentación de Clàssic Penedès.

José Hidalgo, su presidente, hablaba de lo necesaria que empezaba a resultar la creación de esta organización como manera de defender la tipicidad de los cavas que elaboran en su tierra, comenzando por la altitud a la que se localizan los viñedos (entre 700 y 900 metros), unos suelos agrestes y el microclima continental que los caracteriza, en líneas generales, y que supone una amplia diferencia térmica entre el día y la noche lo que les permite mantener la acidez y evitar las sobremaduraciones, en una zona a priori cálida como es ésta. Pablo Ossorio, enólogo y uno de los socios de Bodegas Hispano+Suizas, tiene una confianza absoluta en este territorio: “Requena está en una zona privilegiada en la que conviven tres denominaciones, Utiel-Requena, Cava y Valencia. Además, tenemos suelos muy especiales, pobres, sin materia orgánica ni agua, pero de gran calidad”.

Son ocho las bodegas que, actualmente, conforman esta asociación valenciana (Grupo Coviñas, Hispano+Suizas, Chozas Carrascal, Dominio de la Vega, Pago de Tharsys, Torre Oria, Vegalfaro y Unión Vinícola del Este – U.V.E), en marcha desde el pasado año. En conjunto comercializan unos 4,5-5 millones de botellas al año; Hidalgo recordaba que el 15 por ciento del territorio requenense se dedica a la elaboración de cava. Durante el encuentro, cada bodega presentó además alguno de sus vinos –todos de producción limitada–, incidiendo en esas características físicas y geográficas que los distinguen, aunque también desde la experiencia de cada una como elaboradores de espumosos. www.cavavalenciano.com

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Hidalgo ante los profesionales asistentes. // Los Clàssic Penedès presentes en el encuentro con la crítica.

Clàssic Penedès

El caso de Penedès es fruto de un descontento, del hartazgo de una zona de tradición cavista, como se desprende de las palabras del presidente de su consejo regulador, Josep María Albet. “La región de Cava es demasiado grande, y bajo un paraguas tan inmenso quedas difuminado”. Y continuaba: “Cava es una DO hecha a la medida de los grandes pero no a la de los pequeños elaboradores”.

Es la búsqueda de una identidad perdida (dado el tamaño de la denominación cavista, más allá del territorio catalán y en los propios límites de Cataluña) lo que ha animado a 14 bodegas del Penedès, que elaboran espumoso, a agruparse bajo una subcategoría nueva con la que identificar sus burbujas, Clàssic Penedés. “De este modo estamos dando vitalidad a pequeños elaboradores que se van a hacer grandes”, aseguraba confiado el Presidente de la DO Penedés.

Entre lo que los distingue, que se trata de vinos totalmente ecológicos, elaborados por el método tradicional, con una segunda fermentación en botella, con un mínimo de 15 meses de crianza, con lo que todos son reserva (y como tal tienen que etiquetarse) y botellas en las que aparecerá siempre tanto la fecha de degüelle como la cosecha. Además, toda la uva empleada tiene que proceder de viñedos plantados en el Penedès, insistiendo en esa reivindicación del territorio, a su vez zonificado en siete áreas de elaboración perfectamente delimitadas (pero con unos suelos calcáreos y ricos en magnesio que, en general, les son comunes), al tiempo que pretenden diferenciarse de cava y el resto de espumosos que se elaboran en España. En definitiva, “vinos que tengan territorio, alma, identidad, que te digan de donde son”, apuntaba Agustí Torelló Sibill, presente en el encuentro con su bodega, AT Roca.

En Penedès cuentan con 4.500 hectáreas de viña para hacer vinos tranquilos y espumosos, siendo ya el 56 por ciento viñedo ecológico, y liderando la producción de vinos de este tipo, “lo que nos vincula más al territorio”, incidía en la idea Albet. En definitiva, productos que se identifiquen con un terroir, su clima y sus suelos. Y algo muy importante, los elaboradores disponen de un periodo de adaptación a ecológico que tiene como tope el 31 de octubre de 2018, fecha a partir de la cual no se calificará ni certificará ningún espumoso de la DO Penedès que no sea ecológico de acuerdo a la normativa vigente. Eso significa que los espumosos elaborados a partir de la vendimia 2017 deberán ser todos ecológicos.

Por el momento, las 14 bodegas que ya participan de Clàssic Penedès son Addaia Celler; AT Roca; Mas Comptal; Albet i Noya; Torre del Veguer; Bonans; Can Gallego; Colet; Finca Can Ramon; Can Morall del Molí; Argila; Loxarel; Mas Can Colomé y Puig Romeu. “Penedès hoy quiere contar cosas y a esto se deben estos cambios”, concluía su Presidente. Siguiendo esta línea argumental, la apuesta en exclusiva por las variedades autóctonas debería ser lo próximo, aunque por el momento no queda fuera ninguno de los 19 tipos de uva autorizados en la DO Penedés, la mayor parte de origen foráneo.