Jovellanos, 5. Madrid

Tel.: 914 34 70 38

Cierra el domingo y el lunes por la noche

www.restauranteclub31.es

 

Vecino ahora del Teatro de la Zarzuela, fachada que tiene enfrente, el Club 31 fue toda una institución en la historia gastronómica y social de la Villa y Corte. Primero porque durante toda su vida fue un referente; en cuanto a lo segundo, sus salones fueron testigos privilegiados de reuniones y encuentros de personalidades RTE CLUB 31de la política, los negocios o el mundo de las artes. Inaugurado en 1959 por Clodoaldo Cortés, fue también el propietario de Jockey, otro habitual de la alta sociedad.

Localizado desde entonces en la calle Alcalá, las circunstancias, el destino, las modas o los nuevos tiempos quisieron e hicieron que su historia terminase hace unos cuantos años en aquella dirección para pasar a otras manos y tener otros nombres.

El Club 31 cerraba sus puertas hasta que Pilar Peña, valiente empresaria emprendedora y recién llegada a la hostelería, se quedó con la marca y, 18 meses después sin que nadie la reclamase, la registró como propia. Es así como arranca la nueva andadura del emblemático restaurante, donde se mantiene la filosofía de trabajo y cocina que tanto éxito le supuso gracias a que parte de su equipo profesional participa de esta nueva etapa, ahora en la calle Jovellanos, 5.

Pilar Peña 2 baja

Pilar Peña, propietaria de Club 31.

Una vez elegido el local en septiembre del pasado año, después de tres intensos meses de obras pudieron abrir sus puertas en el mes de diciembre con una imagen renovada, más actual, pero donde la cocina se rige por los mismos patrones, una propuesta tradicional y de mercado, donde se mantienen los toques afrancesados de aquella antigua casa pero ahora junto a propuestas más actuales y frescas, pensando en renovar también su imagen y su público. Es por eso que también han abandonado la obligación de la corbata, han creado un ambiente más moderno, con barra incluida a la entrada abierta hasta las dos de la madrugada, bajado el precio medio (50-55 €) e incluso se pueden pedir medias raciones y ¡todos los vinos de la carta por copas…!

RTE CLUB 31

Callos con patatas soufflé.

 

El espacio, elegante desde la sencillez, se ha abierto a la calle a través de grandes ventanales y disfruta de una iluminación que le aporta calidez. En lo que a los fogones respecta, lo suyo continúa siendo una cocina internacional reconocida, pero ahora con toques renovados y condicionada por el producto de mercado y la temporada. Eso sí, aquellos que se convirtieron en sus platos emblemáticos regresan a la carta bajo el epígrafe ‘Clásicos Club 31’ donde no faltan los recomendables callos (gelatinosos y muy finos), el steak tartar, el consomé gelée o el ragout de macarrones con foie y trufa, acompañados de sus también famosas patatas soufflé. Luego, el erizo de mar es un gran plato, y están bien el soufllé de queso o los raviolis de faisán y boletus al armagnac, y entre los pescados por ejemplo las tiras de atún rojo con salsa kimchee y wacame. Un ejemplo de la combinación de platos que hay en la carta con propuestas para quien gusta de estilos más clásicos y para los que, por el contrario, buscan elaboraciones más actuales pero sin estridencias. El apartado de postres es un deleite para quien sea goloso, todos elaborados en la casa como sucede con los panes o cualquier masa utilizada. En resumidas cuentas, unas maneras propias de la cocina de antes, contundente y de grandes fondos, importante detalle a destacar.

Volviendo a la carta de vinos, aunque clásica no cae en el clasicismo, esto es, hay buena selección de etiquetas donde los considerados ‘de siempre’ conviven con etiquetas y estilos más actuales ofreciendo la posibilidad de probar cosas nuevas. Un total de más de 70 vinos nacionales de diversas procedencias, e insisto en que todas se pueden pedir por copas… Y además, también ofrecen servicio de descorche para quien prefiera llevarse su propio vino al restaurante, otro plus reseñable por no ser tan habitual en la restauración madrileña y mucho menos fuera de aquí.