El pasado sábado, 22 de mayo, falleció en Santander Alejandro Fernández, creador del Tinto Pesquera, una de las marcas míticas de la DO Ribera del Duero. Según informa el diario El Norte de Castilla, el bodeguero de Pesquera de Duero se encontraba en la capital cántabra en compañía de su hija menor, Eva Fernández. Ambos mantienen desde hace unos años un duro enfrentamiento con el resto de su familia, Esperanza Rivera y las otras tres hijas del matrimonio, Olga, Lucía y Mari Cruz, por el control del grupo bodeguero construido en torno al tinto Pesquera e integrado por cuatro bodegas. La familia mantiene la producción bajo el nombre corporativo de Familia Fernández Rivera y con cambios en las marcas y las gamas de vinos.
En los años setenta del siglo pasado, Alejandro Fernández se dedicaba a vender maquinaria agrícola mientras cuidaba los viñedos familiares y elaboraba vino para consumo propio y como ayuda en su trabajo de vendedor. El éxito de ese vino le animó y en 1975 fundó la bodega junto con su esposa, que ha sido accionista en todos los proyectos familiares, no sólo en las bodegas sino en la vertiente hostelera (son propietarios del hotel AF Pesquera, en Peñafiel) y en otros negocios.
Con su peculiar personalidad y mucho empuje (le gustaba evocar su propia figura, real, por los aeropuertos del mundo arrastrando un carrito con dos cajas de sus vinos), y sin saber una palabra de inglés, Alejandro Fernández impulsó en los mercados internacionales un estilo de vino muy pegado al territorio castellano. Mientras, sus escasos colegas de la Ribera miraban más hacia los vinos más convencionales que se imponían a imagen del triunfo del estilo Rioja. La concurrencia era tan escasa que en 1982, cuando se fundó la DO Ribera del Duero, sólo participaron once bodegas, entre las que estaba la de Alejandro Fernández y no estaba Bodegas Vega Sicilia, que se incorporó un poco más tarde.
Para entonces ya sonaba Ribera del Duero en mercados exteriores gracias en buena medida a su esfuerzo en lugares como Estados Unidos, donde contó con el respaldo de su amigo Julio Iglesias, Europa y Asia. Fue la base de un grupo familiar, hoy todavía en litigio, con dos bodegas en la DO Ribera del Duero, la de Pesquera de Duero y Condado de Haza, en Roa, que se puso en marcha con la cosecha ’93; Dehesa La Granja, en Tierra del Vino de Zamora, aunque no integrada en esa IGP, en una amplia finca con toros de lidia que compró en 1998, y El Vínculo inaugurada un año más tarde en Campo de Criptana.
Alejandro Fernández falleció en Santander, donde había trasladado su residencia y vivía desde hace unos meses junto a su hija Eva, que fue enóloga del grupo y cuyo despido fue el detonante del conflicto familiar. El próximo mes de agosto habría cumplido 89 años de edad.
Deje su comentario
Debe estar logged in para comentar.