De izda. a dcha., el reconocido sumiller Custodio López Zamarra;
Pere Bonet, consejero delegado de Freixenet, y Juan Antonio Medina,
chef de Zalacaín. Al lado, las etiquetas protagonistas en la cata de Freixenet.
Madrid, 30 de enero de 2014. MS. – Al comienzo del año Enofusión es uno de
los escaparates organizados para el sector vinícola en el marco de un gran evento
internacional como es Madrid Fusión (MF), que acaba de celebrar esta semana su XII
edición. Aunque los tiempos que corren no acompañan con la misma alegría de sus
primeros años, pues la cocina y el vino se han visto obligados a adaptarse a la situación
de una manera radical, hay que reconocer el esfuerzo de los que participan en esta
cumbre en la que se hace una revisión de por donde camina el sector de la mano de sus
protagonistas.
En sintonía con este planteamiento intenta caminar desde sus inicios Enofusión, que
este año ha celebrado su cuarta edición, al amparo del éxito de MF y organizando
acciones que resultan de interés tanto para profesionales como aficionados al vino.
Apoyados en tres espacios, EnoBar, Expobodegas y Centro del Vino, la pretensión es
ofrecer a los asistentes catas, presentaciones, debates con destacados nombres del sector
y la posibilidad, en todo momento, de poder degustar vinos al ritmo que a cada cual le
apetezca.
Con este objetivo se puso en marcha EnoBar, una especie de túnel del vino, a
disposición de todos, y donde hay botellas de toda índole y procedencia al alcance del
que quiera catarlas, sin presiones, sin horarios y sin prisas, y cada una acompañada de
una ficha informativa. Destacada la intención, se evidencia una disminución de bodegas
participantes en este espacio en el que, desde su primera edición, faltan profesionales
que lo atiendan y den ciertos servicios.
Marisol Bueno (Pazo de Señoráns) y Rafael Palacios (Bodegas
Rafael Palacios) recibiendo sus respectivos Premios Enofusión 2014.
En la zona de Expobodegas, como su propio nombre indica, encontramos diversos
stands de varias bodegas que este año se ha visto reducido notablemente a poco menos
de diez empresas. Está ubicada en la misma planta del Enobar y justo debajo de lo
que es Madrid Fusión, en la planta superior del Palacio de Congresos Municipal de
Madrid, donde se celebra este evento. Eso sí, después hay otras pocas bodegas (una
cantidad similar a la de la planta vinícola) que están salpicadas entre los expositores
gastronómicos de esta planta superior.
En cuanto al Centro del Vino se puede considerar el escenario principal del vino,
donde se han desarrollado, durante tres jornadas, catas y conversaciones temáticas cuyo
acceso requiere un paso previo por taquilla. A diferencia de otras ediciones en las que
estas salas de cata estaban separadas, en esta ocasión la sala comparte espacio con el
EnoBar, del que la separa un biombo. Por aquí han pasado Ramón Bilbao; Freixenet
celebrando su 100 aniversario; Albariños con crianza; Château Margaux de la mano de
Paul Pontallier, su director general y enólogo; los varietales de Dinastía Vivanco; Torres
para celebrar una vertical de Perpetual; Joan Valencia, de Cuvée 3000, para hablar
de los vinos naturales; los champagnes de la legendaria maison Billecart-Salmon, o
algunos vinos de Jerez, entre otros. También ha sido aquí mismo donde, en la tarde del
miércoles 29, se han entregado los Premios Enofusión 2014. Marisol Bueno, de Pazo
de Señoráns, ha sido galardonada con el premio ‘D. Luis Hidalgo’ por su labor en pro
del vino en nuestro país, mientras el premio a la innovación ha sido para el aclamado y
reconocido Rafa Palacios por su trabajo con los vinos blancos.
Apuntado todo esto, no hay duda de que el vino, en esta cumbre internacional
gastronómica que es Madrid Fusión, constituye un acompañante excepcional de
la cocina pero, desgraciadamente, continúa sin disfrutar del protagonismo que le
correspondería y esto habría que hacerlo mirar…
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