Madrid, 14 de octubre de 2016. MS. – Campillo, Marqués de Vitoria, Portia y Faustino. Con sus marcas más destacadas se ha presentado el Grupo Faustino en Madrid para celebrar su más de 150 años de historia. Una ocasión para la que contó con la participación del chef vasco Eneko Atxa (restaurante Azurmendi), encargado de la elaboración de los platos que se fueron sirviendo durante la cata de algunas de las etiquetas más emblemáticas de este grupo riojano.
Un recorrido por los cinco hitos más importantes de su historia reflejados, a continuación, en un vino y un plato presentados por el enólogo Ismael Echazarreta y Atxa, respectivamente. Lourdes y Carmen Martínez Zabala, hijas de Julio Martínez, miembros de la cuarta generación familiar y actuales máximas responsables de la compañía, han estado presentes en esta celebración y Lourdes, como Consejera Delegada, comenzó el acto con un discurso de bienvenida.
La historia de esta familia, hoy importante compañía bodeguera, se remontan 155 años atrás cuando en 1861, en Oyón, Eleuterio Martínez Arzok adquiere el palacio y los viñedos del Marqués del Puerto y comienza a elaborar vino. No sin vicisitudes, pues padeció los efectos devastadores de la filoxera, emprendió con esfuerzo, insistencia y mucho trabajo un proyecto que a día de hoy se ha convertido en este potente Grupo Faustino y que cuenta con siete bodegas en cuatro de los denominaciones más representativas de nuestro país.
En la siguiente generación, con Faustino Martínez Pérez de Albéniz al frente, se abandona el granel y deciden embotellar toda la producción. Corre el año 1930 y es cuando nacen las primeras marcas de la bodega. El tercer hito llega con la tercera generación pues es Julio Faustino Martínez Martínez quien emprende decididamente el salto al mercado internacional; en 1960 comienza a exportar los vinos. En este momento es cuando se crea también la marca Faustino, que pronto se convierte en emblema de la casa. Ocho años después sale al mercado el primer Faustino I, un gran reserva de 1964. Y es a principios de los ochenta cuando Julio Martínez emprende el que será uno de sus proyectos más grandes y personales, la construcción de una nueva bodega en la Rioja alavesa al estilo de los châteaux bordeleses. Con este fin comienza adquiriendo alrededor de 35 hectáreas de terreno cerca de Laguardia, que más tarde se extenderían a 50, y tras varios años en 1988 todo estaba listo para levantar la bodega. Dos años después se inaugura Bodegas Campillo en medio de ese viñedo.
Tras esto, los últimos 25 años se han dedicado a dar forma al ‘futuro’ del Grupo con la implantación en otras denominaciones de origen. Un crecimiento que, por el momento, termina en 2010 con la inauguración de la espectacular Bodegas Portia (Ribera del Duero), obra del aclamado arquitecto Norman Foster.
Conforme a estos cinco momentos determinantes en la historia del Grupo, para la ocasión se eligieron cinco etiquetas representativas que Eneko Atxa acompañó con personales propuestas culinarias.
Campillo Blanco Fermentado en Barrica 2015 (Rioja). Pajizo verdoso. Nariz fina y limpia, aromas de fruta blanca madura, tostados, ligero ahumado, agradable punta cítrica (pomelo). Boca equilibrada, sabrosa y fresca gracias a su adecuada acidez. Finas maderas en final de boca. Para acompañar, Huevo de nuestras gallinas, cocinado a la inversa y trufado.
Campillo Reserva Selecta 2010 (Rioja). Expresivo en nariz, presenta aromas especiados, lácticos (nata), balsámicos y fondo frutal (frutas rojas salvajes); nobles maderas de calidad. En boca domina una sensación láctica proveniente de su paso por barrica, que toma protagonismo en el centro de boca. Seco, sabroso pero se le echa en falta mayor carácter y estructura. Aún así resulta goloso y con frescura. En el plato un Bogavante asado y descascarillado y meloso de cebollino.
Faustino I Gran Reserva 2004 (Rioja) En nariz se aprecia ya una evolución y reducción, con aromas de especias, cuero, tabaco y recuerdos de desván; sensación láctica y de café con leche proveniente de su crianza en barrica. Ligero en boca, fluido, amable y aromático en el paso. Equilibrado pero se le echa en falta mayor entidad y volumen. La receta elegida, Cochinillo frito y ligeramente picante.
Marqués de Vitoria Reserva 2011 (Rioja) Con franqueza y riqueza aromática en nariz, dominan aromas de fruta roja en confitura, especiados (nuez moscada), agradables notas lácticas y de pastelería, junto a recuerdos de café, cacao y torrefactos. Nobles maderas bien integradas. Con buena constitución en boca, equilibrado, sabroso, nobles taninos amables y maduros y un final con ligero amargor no molesto. Bien de acidez. Como armonía le tocó pescado: Merluza frita con infusión de pimiento a la brasa y perejil.
Portia Prima 2014 (Ribera del Duero) Con una nariz expresiva y compleja, rico en aromas, fruta roja, especiados (pimienta), finas maderas, balsámicos, recuerdos de cacao, café, juanola y sensación láctica. Elegante fondo mineral. Bien estructurado en boca, vivo, fresco, frutal en el paso, con un final de media intensidad que combina aromas lácticos, balsámicos y de la barrica. Un vino para el que se elegió la Castañeta glaseada en su jugo y pan de leche.
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