Más vinos grandes
Más información, más exigencia, más páginas. La Guía Proensa 2024 llega puntualmente con el fin de año en su vigésimo segunda comparecencia anual. La selección se mantiene en números similares a ediciones anteriores, con muchos nuevos vinos extraordinarios que han requerido un esfuerzo adicional en la selección. Y, a pesar de esa mayor exigencia, con once vinos merecedores de la máxima calificación.
Once vinos con 100 puntos, 37 con 99 y 46 con 98 puntos. Crece la nómina de vinos emocionantes, integrada por los tres escalones superiores de las calificaciones cualitativas otorgadas por el autor de la guía y director de PlanetAVino, el periodista Andrés Proensa. Las razones se suman: las buenas cosechas recientes en cuanto a calidad, exigencias mayores por la llegada de las nuevas clasificaciones introducidas por distintas denominaciones de origen, la creación a pesar de las crisis sucesivas de nuevos proyectos bodegueros, las exigencias del segmento más interesante del mercado que pide nuevos perfiles de vino, otros tipos de vino y otras variedades de uva y, por encima de todo, el factor humano, es decir, la experiencia de los enólogos asentados y el empuje de los que llegan.
La nueva edición de la Guía Proensa evoluciona con el vino y con sus exigencias. Las nuevas de zonas y pagos (las llamadas indicaciones geográficas menores) que se extienden por diferentes zonas y la modificación de las normativas que las regulan (los pliegos de condiciones, que recogen y pormenorizan lo que había en los viejos reglamentos) para introducir nuevos tipos de vino y nuevas referencias de origen en el etiquetado, requieren cambios. En esta edición se recogen esas novedades en un nuevo apartado incluido en cada una de las denominaciones de origen.
El epígrafe La etiqueta, resume lo que significan esas nuevas indicaciones, como los vinos de pueblo o de viñas especiales (viñedos singulares, pagos singulares y otras expresiones que han desarrollado las denominaciones de origen), además de otras ya veteranas, caso de las relativas al envejecimiento de los vinos (crianza, reserva, gran
reserva y otras), que responden a una norma general (ley del vino, OCM, reglamentos europeos) pero pueden ser modificadas, en sentido restrictivo, por las diferentes denominaciones de origen. El lector las tiene en su mano en cada una de las denominaciones de origen incluidas en la Guía Proensa.
Esas indicaciones, que son novedad en algunas denominaciones de origen, sobre todo en algunas de las punteras, responden a distintas motivaciones, pero han dado origen a la aparición de un buen número de nuevos vinos en los que se aplican criterios que en principio mejoran el potencial de calidad de los vinos. La exigencia de una menor producción en la viña y, en su caso, de viñas viejas, o de una menor extracción de mosto o vino por cada kilo de uva vendimiada, sin duda son factores que en teoría van en favor de una mayor calidad en el vino. Sin embargo, lo mejor de esas novedades es que introducen criterios de elaboración cualitativos (cajas de vendimia en lugar de remolques, aplicación de determinadas prácticas enológicas) que se extienden a toda la producción de la bodega, beneficiados también por los descartes de esos vinos de selección.
Un repaso a los 746 vinos incluidos en la Guía Proensa 2024 permite comprobar ese proceso y esas novedades, reforzadas además por el desarrollo de las gamas de vinos. A esos vinos de viñas especiales o de pagos seleccionados o expresión de un municipio, se suma la aportación de los estilos de vino que exigen los consumidores actuales. Nuevos rosados de toda España, mejores blancos en Rioja (como ejemplo de lo que ocurre en muchas otras zonas), la reivindicación de la uva Garnacha y su frescura o la recuperación de variedades autóctonas arrinconadas por la moda de las invasoras, ya fueran las estrellas francesas o la no menos estelar Tempranillo doméstica. Son ejemplos palpables de una tendencia que ya no es una anécdota ni una fantasía, por más que los grandes operadores y algunos consejos reguladores tarden en entenderlo.
Y son el origen de muchos nuevos vinos que llegan a la mesa de cata de la Guía Proensa para aportar muchos matices de interés y muchos vinos de alta calidad. Y, como es necesario mantener el número de vinos seleccionados, y el propio volumen de la guía, en cifras razonables, el catador está obligado a elevar el nivel de exigencia. Y lo puede hacer porque no tiene otras servidumbres que la calidad del vino. Es el factor decisivo, en el que no interviene el número de botellas producidas, que aporta un plus de exclusividad en las tiradas reducidas y de mérito añadido en los que son capaces de ofrecer alta calidad en un mayor número de botellas, que, además, probablemente sean de precios más accesibles. Tampoco el precio influye en la puntuación obtenida por los vinos; es un factor absolutamente crucial en la decisión de compra, pero no mejora ni empeora el bouquet, la suavidad o el equilibrio del vino ni en su potencial de evolución en el tiempo.
Los vinos aparecen en los capítulos correspondientes a sus respectivas denominaciones de origen, que se abre con unos apuntes sobre la zona, el clima, el suelo y las variedades, con el apartado de La etiqueta y con un corto comentario sobre la actualidad de la zona. Hay dos capítulos finales en los que se agrupan las denominaciones de origen de pago y los vinos que no están en denominación de origen.
Después van las bodegas, con los datos fundamentales y también con un comentario, y los vinos de esas bodegas que han alcanzado o superado los 90 puntos sobre cien que el autor exige para entrar en su selección. Son los vinos extraordinarios, con su élite de vinos emocionantes, en una clasificación que deja fuera muchos vinos muy buenos, los
de 80 puntos o más, cuya inclusión rompería el criterio de la Guía Proensa de ofrecer una selección manejable sólo con los mejores.
En cada vino seleccionado, ilustrado con una reproducción de su etiqueta (se incluye en todos los vinos sin que tenga coste alguno para las bodegas), aparece una ficha técnica (variedades, crianza, producción cuando las bodegas dan el dato), el tipo de vino, el precio aproximado en tiendas de vinos, una recomendación gastronómica genérica, una descripción y una sugerencia de consumo (temperatura y eventual necesidad de oxigenación.
La guía se abre, como siempre, con una crónica que tiene tres partes: un reportaje sobre un aspecto concreto del vino (en esta edición con el título Disfrutar el vino), una selección de las noticias más importantes del año no recogidas en los capítulos de denominaciones de origen y bodegas, y un modesto homenaje a los personajes del vino desaparecidos en 2023.
La Guía Proensa de los Mejores Vinos de España 2024 está disponible en una selección de puntos de venta de toda España y en la web www.proensa.com
Guía Proensa 2024
Andrés Proensa
VadeVino Editorial, SL
746 vinos de 250 bodegas
396 páginas
20 €
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