Centenario en una expansión imparable

Madrid, 22 de marzo de 2016. MS. – Los hermanos Miguel y Ángel Gil Vera representan la cuarta generación de la familia jumillana, vinculada a la elaboración de vinos desde hace cien años cuando el bisabuelo Juan Gil Jiménez funda la primera bodega de lo que hoy es Juan Gil Bodegas Familiares. Uno de los más destacados grupos bodegueros de nuestro país cuya exitosa trayectoria comienza hace unos quince años, cuando renuevan Bodegas Juan Gil y crean Bodegas El Nido sin perder el carácter familiar de sus inicios.

Juan Gil.

Miguel y Ángel dirigen mano a mano el grupo, responsables del desarrollo protagonizado en los últimos años, integrado por diez bodegas localizadas en ocho denominaciones de origen y un total de 1.170 hectáreas de viñedo en propiedad.

Los orígenes se remontan a 1916 cuando su bisabuelo, trabajador de la piedra, dejó el oficio para poner en marcha su propia bodega en Jumilla y cumplir un sueño. Aquel sería el germen de lo que, tantos años después, se ha consolidado como el prestigioso grupo vinícola que representa Juan Gil Bodegas Familiares.

El gran cambio data de finales de 2001 cuando Miguel Gil se propone relanzar desde la renovación aquella primera bodega familiar, para lo que se apoya en su hermano Ángel, quien poco tiempo después se suma al proyecto, e involucra a todos los demás (nueve hermanos en total) como partícipes de la sociedad que decide crear. En ese momento Bodegas Juan Gil se reinventa y en paralelo nace Bodegas El Nido, clave en el gran salto estratégico del grupo por la aparición de sus dos grandes vinos Clio y El Nido. Dos elaboraciones con las que alcanzan los mayores reconocimientos al tiempo que contribuyen a prestigiar una zona vinícola, Jumilla, que hasta ese momento solo era una más en el panorama nacional. El Nido es el primer vino jumillano considerado uno de los diez mejores vinos de España, fruto de la colaboración entre la Familia Gil y el enólogo australiano Chris Ringland, quien continúa vinculado a la bodega.

Su salida a los mercados exteriores se afianza también a partir de ese momento, mientras en paralelo el grupo empieza su expansión abriendo bodegas en otras zonas del país. Comienzan en Montsant en 2004 con Can Blau, un año después llega Ateca (Calatayud), Atalaya (Almansa) nace en 2007 y en 2008 Tridente y Shaya, en Zamora y Rueda respectivamente. Son años de fuerte crecimiento que les exige una importante inversión pues entre 2001 y 2008 alcanzan los 18,5 millones de euros. Cinco años después se instalan también en Rías Baixas, donde fundan Lagar da Condesa, y en 2014 comienza su implantación en Campo de Borja con la construcción de Morca, bodega en la que ya están elaborando vinos que saldrán al mercado en un corto plazo. Priorato es la siguiente parada en la implantación del grupo, proyecto que ya tienen en marcha y bodega que está previsto esté terminada el año próximo. Tras esto, tienen previsto continuar su expansión hacia denominaciones como Rioja y Jerez, y parece que en tierras gaditanas ya están mirando bodegas con la intención de participar en algún proyecto ya existente. Junto a esto, los hermanos Gil adelantan que actualmente también están inmersos en un proyecto de enoturismo en la bodega de Jumilla que si funciona se extrapolará al resto.

Mientras el segundo periodo de crecimiento (2009-2015) ha supuesto una inversión de 45 millones, ahora calculan el desembolso de otros 30 millones en los próximos tres años para cumplir sus objetivos de ampliación y posicionamiento. Ángel Gil se muestra convencido, “tenemos capacidad para hacerlo y, si todo sale bien, en un periodo de tres a cinco años esperamos doblar de nuevo las cifras de facturación “. De momento, las del pasado ejercicio han llegado a los 31 millones. Las claves del éxito parecen tenerlas claras, “respeto a los valores de la familia, pasión por el vino, amor a la tierra y fidelidad a las raíces”, como señala Miguel, pero a lo que suman también la buena relación calidad-precio de sus vinos.

Presentes en más de 40 países de todo el mundo, en los últimos cinco años las exportaciones de Juan Gil Bodegas Familiares se han duplicado y en la actualidad el 75% de su producción (8,2 millones de botellas en 2015) va destinada al mercado exterior. En cuanto al mercado interno, suman más de dos millones de botellas vendidas en España.

Vino conmemorativo y banda sonora

Con motivo de tan importante celebración, sus cien vendimias, Bodegas Juan Gil ha lanzado un nuevo vino de edición limitada, Juan Gil 100 Aniversario. Compuesto por 50% de monastrell, 25% de cabernet sauvignon y 25% de syrah de viñas de poca producción, procede de la añada 2013 y tiene una crianza de 23 meses en roble americano y francés, tras lo que las variedades fueron ensambladas. Ha sido embotellado en la primera semana del pasado diciembre y solo está a la venta en la web de la bodega (al precio de 15 €) dada su poca producción.

Luego, además de un vino especial pensado para la ocasión, la familia Gil ha creado y convocado el Premio Internacional de Composición de Bandas Sonoras Juan Gil Bodegas Familiares, que tiene como objetivo promocionar a los jóvenes talentos y apoyarles en su formación y en el inicio de su carrera profesional como compositores. Los participantes tienen que proponer una banda sonora al cortometraje “100 vendimias en familia”, un cortometraje rodado en las diferentes bodegas del grupo y que evoca la historia de la familia Gil.

El concurso está dirigido a compositores de cualquier nacionalidad o lugar de residencia de entre 18 y 35 años, y las obras que presenten tienen que ser originales e inéditas. El plazo está abierto hasta el próximo 9 de junio, y el fallo del Jurado profesional se producirá el 15 de octubre. Habrá un solo ganador y el premio está dotado con 50.000 euros. Las bases del concurso y el cortometraje pueden encontrarlas en www.juangilsoundtrack.com.

Después, la obra premiada se estrenará el 1 de diciembre en el Teatro Fernán Gómez de Madrid, durante el concierto que Film Symphony Orchestra ofrecerá bajo la dirección de su director Constantino Martínez-Orts. Jornada en la que se entregará el premio al ganador además del diploma acreditativo.