Madrid, 2 de noviembre de 2014. MS. – Un encuentro con la prensa especializada trajo hace unos días a la familia Muga a la capital. El motivo, la salida al mercado de Muga Selección Especial 2010, una cosecha calificada como excelente en Rioja. Con Isacín Muga a la cabeza, acompañado de sus cuatro sobrinos (Manu, Eduardo, Ana y Juan Muga), una cata de las añadas 1994, 2006 y 2010 sirvió para presentar la nueva cosecha a la vez que los convocados pudieron comprobar como han evolucionado las anteriores, además de disfrutar de la viveza y vigorosidad de la que ahora sale a la venta, de corte más actual y moderno.
Se abrió boca con la frescura del Muga Blanco fermentado en barrica 2013, mientras Manu Muga, vicepresidente de la bodega, hablaba de la ubicación del Selección Especial dentro de la gama alta de la bodega, “aunque haya sido el tapado ante Torre Muga y Prado Enea –reconocía–, nuestros vinos top”. Recordó también que este vino salió por vez primera en 1994 inspirado en el Torre Muga y como su hermano pequeño.
Para la nueva añada de este reserva, contaba Manu Muga, se ha llevado a cabo un arduo trabajo en todos los procesos de elaboración, “mayor selección de viñedos y de uvas de terrazas arcillo-calcáreas, mejores maderas, un concienzudo trabajo con las fermentaciones, en definitiva, nos hemos empeñado en su mejora”. Y el vino resultante así lo acredita.
Con una crianza de 26 meses en barrica, a la que han añadido un afinado en botella de, al menos, doce meses, Muga Selección Especial 2010 (70% tempranillo, 20% garnacha, 7% mazuelo y 3% graciano) tiene chispa, es goloso, fácil de beber, una elaboración más moderna. Un vino de gran concentración, complejo en nariz, con notas de frutos rojos en confitura, claros recuerdos minerales, de torrefactos, y maderas nobles bien ensambladas. Potente y elegante a la vez, la boca es carnosa, expresiva, con volumen, buena acidez y una noble y cremosa expresión tánica. Un vino largo y profundo, con mucha vida por delante gracias a ese tanino, la acidez y la carga frutal.
En cuanto a la añada 94, con los veinte años que ya ha cumplido, mostraba unas notas de noble reducción y gran complejidad. Un vino todo sutileza, fluido, delicado, equilibrado, jugoso y sedoso en el paso de boca. Por su parte, el 2006, presentado en formato mágnum, mostró aromas de buena crianza, fruta madura en sazón, notas tostadas, de sotobosque y buena expresión tánica por pulir.
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