Madrid, 17 de junio de 2013. AP.- La familia Ruiz, propietaria de la bodega Pago de Carraovejas (DO Ribera del Duero) y del restaurante José María, de Segovia, ha cerrado el pasado viernes un acuerdo para la compra de poco más de la mitad de las acciones de Ossián Vides y Vinos (DO Rueda y VT de Castilla y León). Al parecer uno de los puntos principales del contrato es no hacer públicos los detalles de una negociación que se ha prolongado durante más de tres meses ni del acuerdo final, tanto en lo que se refiere al montante de la operación como en lo relativo al porcentaje de acciones que pasan a poder de los compradores. Pago de Carraovejas ha comprado la mitad de la firma de Nieva que pertenecía a Javier Zaccagnini y una pequeña parte de las acciones de Ismael Gozalo, suficiente para tener el control accionarial, condición inexcusable para llegar al acuerdo, pero con matices impuestos por Ismael Gozalo para no ser arrollado por la fuerza económica de sus nuevos socios. La firma de Peñafiel resultó elegida, principalmente por las preferencias de Gozalo, en una especie de puja en la que entraron dos bodegas de Rioja y otra más de Ribera del Duero.
En la operación entra la bodega y las marcas así como seis hectáreas de viejas viñas de Verdejo que son propiedad de Ossián; no se incluye, como era previsible, el viñedo familiar de Ismael Gozalo, único extremo que el viticultor de Nieva, que en la actualidad no sumará mucho más de cuarenta años, accedió a confirmar con una frase categórica: “Para incluir en cualquier operación la viña familiar tendría que consultar a mis biznietos y todavía no están en condiciones de opinar”. Tanto Ismael Gozalo como Javier Zaccagnini han negado con toda rotundidad que existieran desavenencias entre ellos, que es lo primero que se piensa tal como se desarrollan este tipo de cosas, incluso dentro de familias bodegueras. La venta se debe al deseo de Zaccagnini de viajar menos, por motivos de índole privada y familiar. Se va a centrar en su participación en Aalto Bodegas y Viñedos (DO Ribera del Duero), que fundó con Mariano García y otros socios y en la actualidad es propiedad de la familias Nozaleda (Enate) y Masaveu (Grupo Masaveu), que ostentan un 40 por ciento de las acciones de esa bodega, y los dos fundadores, que se reparten el 20 por ciento restante.
Además, hay en Aalto unas misteriosas barricas de Javier Zaccagnini, con un vino de la DO Ribera del Duero en cuya elaboración no participa Mariano García. Son un nuevo proyecto que el inquieto empresario andaluz está desarrollando con todo el secreto posible y que no va a tardar en ver la luz.
Ossián Vides y Vinos se puso en marcha en 2005 y en su estreno llamó poderosamente la atención con un blanco que buscaba un estilo diferente, homologable con los mejores blancos del mundo. Y lo consiguió a partir del peculiar carácter de las viejas viñas de la zona segoviana de la DO Rueda, donde ya se manifestaba en vinos como los Blanco Nieva, proyecto en el que participa la familia de Ismael Gozalo, y que luego llamó a la llegada de otros inversores, como Bodegas Naia, fundada por el importador de vinos españoles en Estados Unidos Jorge Ordóñez y otros socios y ahora propiedad del grupo Avante Selecta.
La peculiar elaboración de Ossián, que procede de un centenar de vinos diferentes (por procedencias, elaboraciones, etcétera) que luego se ensamblan, dio un blanco con tal carácter que la burocracia de la DO Rueda podría ponerle problemas por falta de tipicidad, de manera que sus promotores optaron por la figura de la indicación geográfica Vinos de la Tierra de Castilla y León. No obstante, las viñas están inscritas en la DO Rueda y la bodega produce un verdejo joven, que salió con la marca Columela y el pasado año se cambio por Quintaluna. Además, cuentan con un blanco de selección, Capitel, y se prepara el lanzamiento de un dulce vendimia tardía, también elaborado con Verdejo, una elaboración de muy reducida tirada que se encuentra en fase de maduración en botellero.
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