esposa de Rodero y copropietaria de Pago de los Capellanes.
Madrid, 19 de junio de 2012.- RP.- Por primera vez en su historia, la bodega de Pedrosa de Duero Pago de los Capellanes ha mostrado durante una cata vertical en Madrid el recorrido de su vino de más alta gama, Parcela El Picón. “Hemos venido hoy aquí para mostrar nuestro trabajo, para que a través de nuestros vinos podáis conocer la historia de la bodega”, comentó el propietario, Paco Rodero, a la audiencia de prensa y catadores que se reunió, con una gran expectación, en el Casino de Madrid.
De la mano del enólogo de Pago de los Capellanes, Paco Casas, se presentaron en la vertical las añadas del 98, 99, 2003, 2004, 2005, 2006 y 2009, de las cuales las dos últimas no están todavía en el mercado. De hecho, Casas comentó que con el 2009 “os vais (a los catadores” a encontrar un vino completamente distinto a los demás, es todavía un bebé”, aludiendo al tiempo de crianza en botella que aún le queda a este vino por delante.
Durante la degustación de añadas, de la más antigua a la más reciente, Casas fue explicando la historia de este vino de parcela, que debe su nombre a la forma de pico que tiene el terreno de donde procede. Recordó que se incorporó como enólogo a Capellanes en el 96, recién salido de la universidad, y que el 98 fue la primera añada propicia para elaborar este vino, que únicamente se hace si la cosecha alcanza la calidad suficiente.
Comentó que ese primer año El Picón se elaboró en un tino de madera de 10.000 litros y que en origen su crianza rondaba los 16 meses, que se aumentó a 26 en la cosecha de 2003, porque, añadió Casas, “hemos ido aprendiendo sobre la marcha”.
Durante la cata de la añada de 2004, “la mejor para muchísima gente”, el enólogo afirmó que incorporó a la crianza una pequeña partida de barricas de cinco años de secado natural, las exclusivas T5 de Taransaud. Esta añada, a entender de gran parte de la crítica que se concentró en torno a la mesa de cata, está aún creciendo en la botella y tiene aún una vida muy larga por delante.
Para Casas, 2005 fue una añada “más fina” que 2004, y 2006, una cosecha que tuvo también sus adeptos entre los expertos, fue criada totalmente en las T5 de Taransaud. Casas cuenta que tanto él como Paco Rodero viajaron hasta Cognac, donde se encuentra la tonelería, para convencer a su propietario de que aumentara el cupo de barricas (dos por bodega) para Pago de los Capellanes. Ese año, comenta, lograron aumentar a 15 las unidades. Para Casas, cuya filosofía en la bodega de Pedrosa es “jugar con las barricas”, la T5 “respeta muchísimo la fruta y en las catas que hacemos siempre queda muy por encima de las demás en ese sentido”.
En 2009 (las añadas 07 y 08 no alcanzaron la calidad mínima para elaborar El Picón) se introdujo nueva maquinaria para seleccionar uvas tras el despalillado. Este vino, que aún está en botella, saldrá, como sus hermanos “cuando esté listo”, en palabras de Casas, quien asegura que “ha habido temporadas en las que no había Picón en el mercado”.
El enólogo sigue trabajando para mejorar la calidad de este y el resto de vinos de Pago de los Capellanes. Para el propietario de la bodega, Paco Rodero, “el cliente es sagrado. Quien se digna pedir nuestra marca merece todo nuestro respeto y reconocimiento”, concluyó.