Miguel Ángel Maillo 58. Mogarraz (Salamanca).
Tel.: 923 418 144 – 025
Pendiente y atento con todo el que entra aunque sea en plena vorágine del servicio, Agustín Maillo es el propietario de esta antigua casa de comidas, hoy restaurante sobresaliente, y responsable absoluto de una carta de vinos que a todo aficionado congratula encontrar. Rica, variada, actual, buena y a precios muy interesantes. Evidencia de que Agustín sabe ‘de qué va esto’, carencia de tantos otros…
Llega la siguiente sorpresa, la carta de quesos. Y es que no es muy habitual encontrar una carta así en los muchos restaurantes identificados como de alto copete. Pero aquí sí, en plena sierra salmantina, donde manda la cocina tradicional y los buenos pucheros, un profesional como Agustín Maillo repara en la rica oferta quesera de que disponemos en nuestro país y opta por elaborar una carta en exclusiva dedicada al queso, de distintas procedencias y curaciones (Mahón; Ibores; Idiazábal; Torta del Casar; Patamulo, etc). Es evidente que su éxito es fruto de calidad, diferencia y sensibilidad; no tengo duda. Todavía no hemos metido mano a la carta y ya me cuento entre sus fans.
Con estupendas vistas a la sierra a través de grandes ventanales, la casa data del año 74 aunque su imagen actual nada tiene que ver con aquel entonces. No ha perdido su estilo rural en madera y piedra, propio de las construcciones que se dan en esta zona, pero obviamente ha sido actualizada y modernizada como impone el paso del tiempo y también en sintonía con lo que ha acontecido en sus fogones. Una cocina de sabores reconocibles, que continúa fiel a los guisos caseros y las carnes a la brasa (uno de sus fuertes), asentada en los productos de la tierra pero en la que también hay toques de renovación, aligeramiento de grasas y atención a la presentación. Dicho esto, las croquetas son un entrante recomendable para abrir boca, de fino rebozado y fritas en su punto, o las patatas “meneas” con torreznos, un clásico salmantino presente en el apartado de la carta que identifican como “Muy nuestro”. Y como decía, los asados a la leña son fundamentales en esta casa, al más puro estilo serrano, esto es, carnes aderezadas con sal gorda que se van haciendo según pedido. Después, la oferta de postres caseros compite con la carta de quesos.
Sobre su bodega, a la que antes ya me he referido, pues también es para disfrutar probando. Una buena y variada selección de etiquetas que Agustín rota permanentemente, y en la que desde hace dos años encontramos también su propio tinto, La Zorra, una elaboración que le viene deparando desde su aparición muchas alegrías en la que prima la variedad autóctona, la rufete, que completan con tempranillo. En este momento la bodega, del mismo nombre, comienza a crecer, por ahora en instalaciones, pero también hay nuevas etiquetas en mente. Por ahora en el mercado hay dos, La Zorra 2010 y la Vieja Zorra Selección Especial 20 barricas 2010.
Es incuestionable, Agustín muestra maneras, mucho conocimiento, saber hacer e interés por dar valor a una zona que merece mucho más… Mirasierra es un descubrimiento; Agustín un referente y la sierra un placer. Mara Sánchez
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