Madrid, 6 de febrero de 2017. MS.- La nueva precinta certificadora aparece tras cuarenta años de la presentación de la primera contraetiqueta de los vinos de la Denominación de Origen Ribeiro. En 1977 el Consejo Regulador lanzaba aquella primera tirilla y ahora, coincidiendo además con el 60 aniversario de la constitución del Consejo Regulador y de su primer reglamento, estrena diseño, más moderno y sencillo, impreso por la Real Casa de la Moneda, y que será igual para todos los vinos. Hasta ahora había una imagen distinta según se tratara de blancos, tintos, espumosos o vinos tostados, pero con la nueva esa diferenciación se va a limitar a la letra que acompaña el número de registro de cada botella (B para blancos; T para tintos; E para espumosos y X para los tostados). Desde el Consejo se refieren a la renovación de la contra como “una precinta moderna pero sin extravagancias para que permanezca en el tiempo, con elementos que inspiren la esencia de la denominación y con diversas medidas de seguridad que eviten su falsificación”.
Con 109 bodegas bajo su amparo, la DO Ribeiro es la más antigua de Galicia y una de las más antiguas españolas y también ha sido este año, en concreto el pasado 5 de enero, cuando ha aprobado el nuevo pliego de condiciones de la denominación, pendiente de renovación desde 2012, como recordaba Cristina Alcalá, actual gerente del Consejo Regulador. Entre los cambios más significativos, respecto al pliego de hace cinco años, se cuenta primero la distinción entre variedades preferentes y autorizadas, pues hasta ahora sólo se hablaba de blancas y tintas. Las blancas preferentes son Treixadura, Torrontés, Godello, Albariño, Loureira e incorporan Lado y Caíño blanco. En cuanto a la relación de tintas están Caíño longo, Caíño bravo, Caíño tinto, Ferrón, Sousón, Mencía y Brancellao. Luego, las autorizadas blancas se quedan en Palomino y Albillo, eliminando la Macabeo; y entre las tintas Garnacha tintorera y Tempranillo.
Luego está el apartado que afecta a la tipología de vinos amparados, que antes se limitaba a tres (Ribeiro blanco, Ribeiro tinto y Ribeiro tostado) y ahora pasa a hablar de Ribeiro Espumoso, blanco y rosado; Ribeiro Castes, blanco y tinto; Ribeiro Barrica, blanco y tinto; Tostado Ribeiro, blanco y tinto, cuatro categorías que sólo pueden estar elaboradas con uvas preferentes, y a las que se suma Ribeiro (blanco y tinto), una quinta pero en la que no se apunta ese condicionante varietal.
En sintonía con esto también se señala que los Ribeiro Castes son de más calidad y característicos de la denominación que los elaborados con uvas autorizadas, razón por la que pueden ser identificados en el etiquetado, presentación y publicidad como Castes, Barrica, Espumoso y Tostado. Por tanto, explica el pliego, “los vinos que no sean Ribeiro Castes no podrán utilizar en su etiquetado la palabra castes, autóctona o similar, ni el nombre de ninguna de las variedades preferentes”. Y añade, “las marcas y etiquetas que se empleen en vinos de variedades preferentes no se podrán usar en el resto de elaboraciones de la denominación”. Además, en las tipologías Castes y Barrica debe constar el año de cosecha, y en la de Barrica el tiempo que el vino en cuestión ha permanecido en madera, cuya capacidad máxima no podrá superar los 600 litros.
Otro de los requisitos destacados es el concerniente a los rendimientos máximos por hectárea, que antes era de 30.000 kilos/ha. y ahora quedan reducidos a 13.000 kilos para blancas preferentes; 12.000 kg. para tintas preferentes, y 19.000 kilos en el caso de uvas autorizadas. Dado su carácter restrictivo señalar que una disposición transitoria del nuevo pliego de condiciones admite un periodo de adaptación para las bodegas hasta la vendimia de 2018. Por último, también reseñable el cambio relativo a la densidad de cepas por hectárea que pasa de hablarse de un máximo de 7.000 a una densidad mínima de 3.000 cepas/ha.
Con una extensión de 2.646 hectáreas de viñedo, las bodegas que conforman la DO Ribeiro se localizan en el noroeste de la provincia de Ourense, en los valles formados por los ríos Miño, Avia y Arnoia. Una denominación identificada con el minifundismo y en cuya última cosecha ha obtenido 11,6 millones de kilos de uva de los que el 90% se destina a la producción de vino blanco.
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