San Pedro, 15. Cuenca

Tel. 969 240 519

Cierra el miércoles

http://www.restaurantesannicolas.net/

 

IMG_-54839_Fotos-del-restaurante--terraza-Adolfo Castillejo, a la cabeza de este restaurante familiar desde hace varias décadas, es un destacado cocinero conquense especializado en creativas preparaciones de caza a las que dedica, anualmente, unas jornadas gastronómicas. Vecino del casco histórico de Cuenca, San Nicolás está ubicado en una elegante casa de piedra del siglo XII, en la misma plaza de la que recibe el nombre (San Nicolás), donde tienen la terraza, y su recetario está asentado en la culinaria castellano-manchega a la que imprime modernidad y sofisticación. Adolfo es un defensor a ultranza de la cocina tradicional de esta región, y  está comprometido con su divulgación a través de un recetario actualizado pero en el que no pierde un ápice de su identidad y sabores originales.

IMG_-63002_Fotos-del-restaurante--exterior-En lo que a su localización se refiere, se encuentra a pocos metros de la Plaza Mayor y la Catedral, en pleno casco antiguo, la zona más mágica y recomendable de esta ciudad. Estrechos callejones que discurren en paralelo al río Huécar, túneles, empinadas cuestas y maravillosos miradores naturales. De puertas para adentro, podemos contar que el local fue vivienda, en 1550, del escultor Jamete, artífice del arco catedralicio, además de ser dos veces convento y servir para otros usos hasta que Adolfo abriera el restaurante. De estilo rústico y decorado con obras de artistas locales, en la carta, bastante variada, destacan las creaciones de caza, como habíamos apuntado: venado, jabalí, corzo, pato, faisán, perdiz. Entre sus recomendables, el solomillo de venado, relleno de hígado de pato y trufas sobre cama de boletus en salsa de castañas; el lomo de corzo a la parrilla o la perdiz escabechada con orejones, ciruelas y dátiles. Pero al IMG_-55539_Imagenes-del-restaurante--comedor-margen de esto, hay pescados como los chipirones rellenos, rape a la marinera o dorada al horno, y variadas propuestas para los más carnívoros con la hamburguesa de ternera a la cabeza. En general, aunque con toques novedosos a la hora de salsear o aderezar, los platos son sencillos y se distingue el sabor de cada producto.

A los postres, apartado en sintonía con el resto de su cocina, se estila, como manda la tradición de esta tierra, acompañar el café con alajú (especie de turrón elaborado con miel y almendras y envuelto en obleas) y una copita de resoli (licor de café), dos básicos de la gastronomía conquense. En lo que a la bodega respecta, una rápida ojeada permite comprobar el predominio de las etiquetas manchegas, si bien es verdad que hay espacio para algún representante de otras zonas, principalmente Rioja y Ribera del Duero, aparte de alguna burbujita.