Puede que muchos ya estéis con el equipaje en la puerta, si no disfrutando hace días de esas merecidas vacaciones, pero si aún seguís por estos lares, unas pocas y nuevas recomendaciones para antes de que la mayoría hagamos el ansiado break veraniego. Es un variadito, con propuestas para los diferentes momentos del día, aunque la mayoría tengan ese perfil refrescante que todos buscamos frente a estas altas temperaturas que estamos padeciendo… pues de disfrute no podemos hablar. Es por eso que incido en blancos, rosados y alguna burbuja, anunciadas cual protagonistas para este entrega pero que prefiero retomar a la vuelta porque las que os traeré confío atraigan toda vuestra atención para saborearlas como merecen.
Por ahora, pensando en referencias que tal vez podéis incluir en vuestra maleta, o llevaros en el coche, empiezo por las dos nuevas elaboraciones que en Habla se han sacado de la manga, originales sin duda, por su perfil, una vez más por su diseño y, por supuesto, por proceder de Extremadura. Coincidiendo con los 15 años de vida de la bodega, aparecen el blanco Habla de ti (10 €, con tapón de cristal), un sauvignon blanc, y el rosado Rita Habla (20 €), elaborado mayoritariamente con garnacha que completan con syrah, criado sobre lías, y de color pálido, en sintonía con la moda imperante. Ambos, en la línea de la marca, con una imagen muy cuidada y bien diferenciada. Dos vinos sin pretensiones, distanciados de las ‘maneras’ de su gama de tintos, pero que cumplen la expectativa: fruta fresca, acidez, suavidad en el paso y cierta golosidad, fáciles de beber y muy atractivos a la vista del consumidor.
Otra bonita imagen es la del nuevo rosado edición limitada que firma Julián Chivite, Chivite las Fincas 2014 (9,50 €), un homenaje a la familia Arzak y a su gusto por los rosados, y que también presenta ese perfil de apagado color propio de la Provenza francesa. El suyo es un garnacha (54%) y tempranillo (46%), con seis meses de crianza sobre lías, que en nariz se presenta fresco, con notas de fresa, frutos rojos y florales. Suave en la boca, ligero, equilibrado y con buena acidez. Destacar que es el primer vino del Grupo Chivite que se acoge a la Indicación Geográfica Protegida navarra Vino de la Tierra 3 Riberas. Una novedad que nace de la relación afectiva que desde hace tantos años mantiene las familias Chivite y Arzak.
Otro Chivite, en este caso Fernando, también está elaborando nuevos vinos en Navarra. De regreso a sus orígenes como gran hacedor de rosados, bajo la marca Arbayún ha sacado un interesante blanco, aspirante a ser un gran chardonnay que de momento muestra maneras, y un buen rosado de viñas viejas de garnacha, sin madera ambos. Para Arbayún garnacha (8 €) realiza la vendimia de los primeros en la zona de Liédana, en el prepirineo, en pro de la acidez que luego compensa con mayor tiempo sobre lías, más de seis meses. El resultado, flores, frutas silvestres, un vino con grasa, untuoso, fruta roja, buena frescura y persistencia.
Por su parte, Arbayún chardonnay (9 €), también con seis meses sobre lías, refleja el carácter de la variedad. Hay recuerdos minerales, cítricos, de flores, tiene volumen, cierta complejidad y recorrido en el postgusto. Del primero ha hecho 26.000 botellas, mientras del blanco solo 13.000.
Entre los blancos incluiría la última añada del Muga fermentado en barrica 2014 (9 €), siempre recomendable, elaborado con viura y un toque de malvasía que le aporta frescura. De esas etiquetas apetecibles como aperitivo, o para acompañar algún arroz de marisco o pescado. Nariz con notas cítricas, tropicales, hinojo y recuerdos florales. Boca sabrosa, fresca, amplia, carnosa, acidez bien compensada y postgusto donde retornan los aromas iniciales.
También me gusta pensar en burbujas para aguantar una comida o cena de principio a fin. Para ello, de la catalana denominación Cava propongo Leopardi gran reserva 2009 (19,75 €) de Llopart, con 48 meses de crianza y en su composición 40% de macabeo, 40% de xarel.lo, 10% de parellada y otro 10% de chardonnay, procedentes de una selección de los monovarietales con mayor potencial de evolución. Con una fina burbuja, es un vino elegante, con complejidad aromática, notas especiadas y recuerdos de su larga crianza. Sabroso, equilibrado, con una madurez compensada por el sorprendente frescor (cítrico) que conserva.
Recién salido al mercado, el brut nature Casa Sala Vintage 2006 (37 €) de Freixenet es uno de sus vinos más especiales, nacido en la Masía de Casa Sala donde se inició la historia de la bodega hace más de cien años. Entre las particularidades de este cava, solo compuesto de xarel.lo y parellada (cuyos porcentajes varían en función del año), es que la prensa que utilizan, de madera, se compró hace más de 150 años en Champagne, y todo el proceso es por gravedad, sin bombas ni tuberías. Tiene una crianza mínima de 7 años, presenta una burbuja elegante y persistente, y muestra aromas de fruta madura compotada y recuerdos de panadería, junto a frutos secos, carácter que mantiene en la boca, amplia, expresiva, amable.
Completando el equipaje con algunos tintos, comienzo por Finca San Martín 2012 (5 €) de la riojana Torre Oña, un tempranillo de viñas jóvenes, con 16 meses de crianza en roble americano nuevo y francés de dos vinos. Intenso aromáticamente, de carácter primario, frutal (frutos rojos), especiado, con recuerdos de cacao y caramelo. Agradable, equilibrado, amable, de paso fluido y fresco.
De Ribera del Duero, en concreto de la localidad burgalesa de La Horra, el Figuero Viñas Viejas 2011 (21,80 €), uno de los vinos top de la familia García Figuero. Un monovarietal de tempranillo, como todas sus elaboraciones, pero en este caso de una edad superior a 50 años, con 15 meses de crianza en roble nuevo francés. Intenso en nariz, especiado, aromas de frutas del bosque, frutos secos, recuerdos de su crianza y toques minerales. Bien estructurado, con volumen, fruta madura, nobles maderas, buena acidez y taninos dulces. Persistente.
Sin abandonar el mundo de los tintos, para esas noches de parrillada, tan recurrentes en verano, pienso en referencias con enjundia para lograr una pareja perfecta, y sin duda el disfrute de los comensales. Ejemplos hay infinitos, pero en esta ocasión continúo en la Ribera y apuesto por La Viña de Amalio 2010 (40 €), de Cillar de Silos, y el Vega Sicilia Valbuena 5º Año reserva 2009 (97 €), dos grandes del panorama vinícola nacional.
La Viña de Amalio es otro de los que nacen en territorio burgalés, en este caso en la localidad de Quintana del Pidio, de clima continental extremo, suelos mayoritariamente arenosos, una altitud media de 875 metros y con una gran diferencia térmica día y noche, lo que aporta acidez a las elaboraciones. Este vino homenajea al fundador de la bodega, Amalio, cuyos orígenes se remontan a los años setenta. Se trata de un tempranillo procedente de un solo viñedo plantado en 1964, con 16-18 meses de crianza en roble francés. Intenso, complejo, elegante, nariz con notas de fruta roja, flores, especias (nuez moscada), fondo mineral, lácteos y toques tostados de su crianza. Un vino con persistencia, de gran finura, carnoso, goloso, con volumen, buena acidez y taninos pulidos.
Valbuena 5º Año de Vega Sicilia es el hermano ‘pequeño’ del Reserva Especial y el prestigiado Único pero, sin duda, uno de los vinazos españoles. Poderoso y elegante al mismo tiempo, con alrededor de 30 meses de crianza y donde la mayoritaria tinto fino se completa con merlot y un poquito de cabernet sauvignon. Es intenso en nariz, donde hay fruta negra y en sazón, confitura, notas especiadas, lácticas, chocolate, tabaco. Un vino equilibrado, envolvente, maduro, jugoso, cremoso, pero con una agradable acidez que compensa a la perfección, y de largo recorrido.
Confío la selección os apetezca, os inspire, os ayude y, en cualquier caso, disfrutéis. Nos hablamos a la vuelta. Buen descanso, y buenos vinos.
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