Madrid, 27 de julio de 2013. AP.- En las últimas dos semanas se han desarrollado
las elecciones para renovar los consejos reguladores de ocho denominaciones de
origen de vinos de Castilla y León, todas excepto Toro. El cambio radical en la DO
Ribera del Duero, que no es sorprendente, y el dominio de las cooperativas son
los aspectos más llamativos en un tono general de continuidad. Las elecciones
han conformado los nuevos consejos reguladores y han de ser los nuevos vocales
quienes elijan a sus respectivos presidentes, lo que no se espera hasta septiembre.
Ocho de las nueve denominaciones de origen castellano-leonesas han elegido los
nuevos vocales de sus consejos reguladores. A falta de dirimir algunos empates, se
mantiene el dominio de las cooperativas, agrupadas en la Unión de Cooperativas
Agrarias de Castilla y León (URCACYL), que han obtenido 24 vocales en las
diferentes denominaciones de origen, ocho menos que los representantes de las
bodegas, que casi sin excepción aparecen en las diferentes formaciones como
independientes. La organización conservadora Asaja, sola o en coalición, suma
16 vocales y la alianza UPA-COAG, ligada al sindicato UGT, tiene mayor presencia
en la provincia de Zamora y domina en la DO Tierra del Vino de Zamora, con tres
vocales, y en la DO Toro, donde tiene cuatro.
Tras la constitución de los consejos reguladores, esos vocales serán los encargados
de elegir a sus respectivos presidentes. Dadas las fechas, en la mayor parte de ellos
la elección se demorará hasta septiembre. Es el caso de la DO Ribera del Duero, en
la que se da por hecho el fin del trayecto del actual presidente, José Trillo Trillo,
que ha concitado la oposición de amplios sectores de la zona casi desde su toma de
posesión, en 2007.
La dimisión hace unos meses de todos los representantes de las bodegas, cinco
de los doce vocales del Consejo Regulador, pudo bloquear el funcionamiento del
órgano de control de la DO Ribera del Duero y provocó un cambio en su normativa,
precisamente para evitar que esas vacantes paralicen el funcionamiento de la
entidad. El detonante de esa dimisión fue el diseño del presupuesto del Consejo
Regulador, definido por las cooperativas mientras que los fondos proceden en un
ochenta por ciento de las aportaciones de las bodegas. Ése fue sólo uno más de los
enfrentamientos entre los diferentes estamentos de la DO Ribera del Duero y entre
su presidente y la organización Asebor.
En las elecciones celebradas el 22 de julio, que no han estado exentas de polémica,
se ha impuesto el sector bodeguero, la organización Asociación Empresarial de
Bodegas de la Ribera del Duero (Asebor), con cinco vocales, Asaja, que entra en
el consejo, ha obtenido dos y URCACYL pasa de seis (uno de ellos el presidente,
José Trillo) a tres, mientras que la Unión de Campesinos de Castilla y León (UCCL)
pierde su representante. El nuevo presidente saldrá de los votos sumados de
Asebor y Asaja, que parece han llegado a un acuerdo, aunque la adscripción de
la organización agraria, muy cercana a postulados del Partido Popular (véase la
polémica elección del presidente de la DOC Rioja) permite albergar algunas dudas.
La consecuencia es que José Trillo Trillo, funcionario de la Junta de Castilla y León,
será sustituido con toda probabilidad por un representante de las bodegas, aunque
en algunos medios se habla de buscar un independiente. El nombre que más suena
es Enrique Pascual, presidente de Asebor y propietario de Bodegas Pascual.
El nuevo regidor deberá materializar los deseos de renovación planteados por
las bodegas, que buscan profesionalizar el Consejo Regulador, tal vez con el
nombramiento de un gerente o director, y cambios en aspectos técnicos tendentes
a impulsar la calidad. Además, se vuelve a hablar de la necesidad de impulsar la
imagen de la zona y de estudiar cambios en los sistemas de calificación de los
vinos.
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